Definitivamente el rey emérito Juan Carlos ha sido el gran ausente de las clásicas vacaciones de la Corona española en La Palma producto de los polémicos audios difundidos a inicios de julio donde se escuchaba a su ex amante, la empresaria Corinna zu Sayn-Wittgenstein, acusando al monarca de utilizarla para el “blanqueo” de propiedades.
Si bien la versión oficial del Palacio de la Zarzuela justifica la ausencia del rey por recomendación de los médicos, la revista española Vanitatis señala que no ha sido improvisada, que ha sido meditada, ya que su presencia generaba una situación delicada tras la divulgación de las grabaciones.
«¿Era recomendable que don Juan Carlos apareciera junto a Felipe VI en pleno debate sobre una posible investigación por lo dicho por Corinna?», se preguntaba la revista que confirmó con una fuente cercana al monarca emérito, «que supo desde el primer momento que Palma se podía ‘caer’ de su agenda».
El escándalo del rey emérito desarmó la gran estrategia de palacio para ofrecer una imagen familiar idílica, sobre todo después de la guerra de coronas entre la reina Letizia y su suegra Sofía, y el ingreso del cuñado del rey, Iñaki Urdangarin.
Las grabaciones
Las declaraciones de la empresaria habrían sido grabadas por el comisario José Manuel Villarejo, ex comisario español en prisión preventiva por varios casos de espionaje político y policial, en una reunión celebrada en Londres en 2015, propiciada por un amigo de ambos. Villarejo las habría filtrado a la prensa española presuntamente como medida de presión para salir en libertad.
Cuando se reveló el escándalo, la ministra de Justicia española, Dolores Delgado, informó que el rey Juan Carlos “tiene aforamiento, pero no inviolabilidad”, pero que aún no se decide si se debe abrir un procedimiento.
No obstante, los rumores de una posible investigación sobre las cuentas del Rey emérito y las declaraciones de su ex amante cobran cada vez más fuerza.