El secretario general de la Conferencia Episcopal de Chile, Fernando Ramos, se refirió a los últimos hitos en la investigación que lleva a cabo el Vaticano sobre los casos de abusos en la iglesia chilena. El obispo fue parte de la comitiva que acudió a Roma en Mayo, respondiendo al llamado del Papa Francisco, tras la cual los prelados chilenos pusieron su cargo a disposición.
Ramos resaltó la importancia de la situación que vive hoy la Iglesia, respecto a la forma en que se está abordando el caso chileno por parte de la Santa Sede. “Creo que es algo paradigmático, sin lugar a dudas. En estos momentos está siendo un paradigma de cómo enfrentar estos asuntos. Estamos dispuestos a estar en sintonía a la elaboración de un paradigma aún más severo, aún más claro”, indicó en entrevista con El Mercurio.
El obispo fue enfático sobre la decisión de los obispos de poner sus cargos a disposición del Papa. “Yo creo que no va a aceptar la renuncia de todos los obispos. De ninguna forma”, señaló. Respecto a la medida, agregó que, “nuestra misión es servir al pueblo de Dios. Por eso ponemos nuestros cargos a disposición, no porque asumamos un juicio penal de nosotros mismos, sino que para que el Papa, con el conocimiento que tenga y sus orientaciones, con sus colaboradores vean quiénes son las personas que pueden seguir cumpliendo esta misión”.
Respecto al estado actual del proceso, que incluye la entrevista del Papa con los cinco sacerdotes víctimas de abusos, señaló que “termina este fin de semana la escucha del Santo Padre, con la recepción de estos sacerdotes –que fueron víctimas del sancionado presbítero Fernando Karadima- que están en Roma y se encuentran con el Santo Padre y después comienzan las medidas. La primera de ellas se ha hecho pública, que es la visita de monseñor Scicluna, con el padre Jordi Bertomeu a Osorno.”
Sobre la reparación que la Iglesia ha entregado a las víctimas, Ramos indica que “ese es un tema que de a poco hemos ido abriendo el horizonte. Creo que partimos desde la premisa de delito personal, reparación personal. Quien comete un delito, tiene que colaborar en la reparación. Creo que también hemos hecho un camino de entender que si se cometió un abuso sexual contra un menor en una comunidad eclesial, toda esta se ve afectada”.
