La investigación especial por la conocida “trama rusa” tiene a sus primeros señalados. Y aunque no involucran directamente al presidente Donald Trump, sí cierra el círculo cada vez más cerca de su entorno.
Paul Manafort, asesor político republicano y ex manager de campaña de Trump, ha sido acusado formalmente de ocultar información a la justicia sobre sus contactos con personas relacionadas con el Kremlin. Este lunes, Manafort llegó acompañado de su abogado a las oficinas del FBI en Washington.
Específicamente, a Manafort se le acusa de haber actuado como agente de Viktor Yanukovich, ex presidente de Ucrania y huido a Rusia después de las manifestaciones del Euromaidán de febrero del 2014. Manafort no registró estas actividades ni los millones de dólares en ingresos que recibió.
Un socio comercial suyo, Rick Gates, también se entregó al FBI. A ambos se les acusa de conspiración contra Estados Unidos, por tener contactos con funcionarios del gobierno ucraniano afines a Vladimir Putin y no haberlos declarado en su momento. Ambos quedaron con arresto domiciliario.
Justamente fueron las sospechas de contactos de Manafort con el gobierno ucraniano ligado a Putin las que le llevaron a renunciar como manager de campaña de Trump, en agosto del 2016.
La confesión de un tercer ex asesor de Trump, George Papadopoulos, es la que levanta más revuelos. Papadopoulos admitió contactos con una persona ligada al Kremlin que le ofrecía información para usar en contra de Hillary Clinton.
Tenemos acusaciones basadas en evidencia, y confesiones de crímenes, por gente que perteneció a la campaña de Trump y que mantuvo contacto y recibió pagos de aliados y cercanos a Putin».
El fiscal especial a cargo de la investigación, Robert Mueller, no está averiguando si Rusia intervino directamente las elecciones de Estados Unidos, cosa que es dada por hecho por el FBI y por las agencias de inteligencia. Mueller investiga si es que hubo colaboración entre la campaña de Trump y Moscú para perjudicar a Clinton.
“Aún es muy pronto para las investigaciones del fiscal especial Mueller. No sabemos cuál es el paso siguiente, o qué información aportarán Papadopoulos, Gates o Manafort para los procedimientos futuros”, explica a Metro Jack A. Goldstone, experto en políticas públicas del Woodrow Wilson Center de Washington D.C.
Y agrega: “Pero lo que sí sabemos es que el gobierno ruso estuvo empeñado en hacer grandes esfuerzos por influenciar en las elecciones estadounidenses. Y aunque mucho aún es parte de la especulación, no lo es todo. Tenemos acusaciones basadas en evidencia, y confesiones de crímenes, por gente que perteneció a la campaña de Trump y que mantuvo contacto y recibió pagos de aliados y cercanos a Putin. Tenemos que ser pacientes y esperar a ver qué más encuentra Mueller”.
«Hasta ahora Trump no ha sido considerado clave en la trama rusa»
Fletcher McClellan, profesor de Ciencias Políticas del Elizabethtown College de Pensilvania, Estados Unidos.
¿De qué se le acusa exactamente a Manafort?
– Manafort es acusado de participar en una conspiración para engañar al gobierno de Estados Unidos. Se le acusa de dar falsos testimonios a los investigadores gubernamentales, no acreditarse como funcionario extranjero, lavado de dinero y de no reportar sus ingresos desde fuera del país.
Es sabido que Manafort estuvo relacionado y trabajó para el gobierno del ex presidente ucraniano Viktor Yanukovich, quien además está muy ligado a Vladimir Putin. ¿Qué papel tiene esto en la investigación?
– Todos los cargos tienen relación con su trabajo con Yanukovich. No están conectados directamente a las acusaciones sobre la interferencia rusa en las elecciones del 2016. Pero las acusaciones por las actividades ilegales de Manafort continuaron mientras fue manager de campaña de Trump en el 2016, y también en el 2017. El socio de Manafort, Rick Gates, quien ha estado profundamente involucrado en política en Europa del Este y conectado a la oligarquía rusa, también está acusado por los mismos cargos. Gates siguió involucrado en la campaña de Trump incluso después de la renuncia de Manafort, recaudando fondos para la elección.
Desde los años 80 que Paul Manafort ha sido una figura controversial de Washington. ¿Es esta acusación una confirmación de eso?
– Manafort fue un consultor político prominente para los políticos republicanos y un lobista con una cuestionable lista de clientes. Como consultor, ayudó a gestionar convenciones de partido para los presidentes Ford, Reagan y George H. W. Bush. Como manager de campaña de Trump, gestionó la Convención Nacional Republicana del 2016. Entre sus clientes están el dictador filipino Ferdinand Marcos y Yanukovich, a quien aconsejó en cuanto a gestionar su imagen tanto en su país como afuera.
¿Cómo afecta todo esto a la presidencia de Trump?
– Hasta ahora, Trump no ha sido entrevistado por el fiscal especial Mueller y no ha sido considerado clave en la trama. Sí sigue acusado de obstrucción a la justicia por despedir al director del FBI, James Comey. No sabemos la verdadera razón por la cual Trump despidió a Comey. Pero seguro que no fue porque el FBI haya sido injusto con Hillary Clinton, la que es la razón oficial. Hubo un número de reuniones entre asociados a Trump y actores rusos para compartir información dañina contra Clinton durante la campaña del 2016. Pero, por lo pronto, no hay evidencia de colusión.
¿Qué podemos esperar?
– La Casa Blanca ha declarado que las acciones de Mueller no implican al presidente. Trump y sus partidarios presionarán para ponerle fin a la investigación. La próxima coyuntura crítica sucederá cuando y si es que Mueller manda a citar a personas cercanas a la Casa Blanca. En ese momento podremos ver un verdadero enfrentamiento constitucional.