Con casi medio siglo dedicado a estudiar la historia de la guerrilla de Ernesto «Che» Guevara en Bolivia, Carlos Soria es un incansable e insatisfecho investigador que aún tiene interrogantes clave a despejar sobre el tramo final de la vida del legendario revolucionario.
Soria fue contemporáneo de la guerrilla guevarista en Bolivia entre 1966 y 1967 y vivió con intensidad esos momentos, ya que muchos de sus camaradas y amigos comunistas de la época se sumaron al grupo y él mismo estuvo cerca de incorporarse, pero no lo hizo.
El periodista se ha labrado un prestigio como estudioso de la guerrilla de Ñancahuazú (sureste) y es una fuente ineludible para aclarar y hacer correcciones sobre esos acontecimientos que pusieron a Bolivia como escenario de importancia mundial en la Guerra Fría.
A días del 9 de octubre, cuando se celebrará el 50 aniversario de la ejecución del «Che» en La Higuera (sureste) por parte del sargento boliviano Mario Terán, Soria defendió en entrevista con Efe su reclamo de que Bolivia, Cuba y EE.UU desclasifiquen los documentos militares de la época para absolver todas las dudas que permanecen acerca de los últimos días del revolucionario argentino cubano.
Criticó que los archivos militares bolivianos sobre la guerrilla estén restringidos y solo a disposición de los investigadores castrenses porque está seguro de que nuevas fotografías, documentos e informes muy importantes están todavía en la oscuridad.
«Ojalá los cubanos también empiecen a abrir sus archivos, ojalá que se pueda desclasificar más información de los Estados Unidos y eso nos permitiría encontrar cosas que quizás todavía no se saben», sostuvo Soria.
Por ejemplo, aunque han transcurrido 50 años de su muerte todavía no está aclarado por completo por qué el «Che» Guevara decidió combatir en la zona de Ñancahuazú pese a que estaba impaciente por ir su natal Argentina o planificaba comenzar en Perú.
«Quizá una de las principales (dudas) sea cómo, por qué y quiénes son los que deciden que no sea en Perú, donde se había estado haciendo la preparación, y dicen que sea en Bolivia ¿Quién toma la decisión? ¿Fue Fidel? ¿Fue el «Che«? ¿Fue el aparato cubano?», dijo.
La división de la columna guerrillera en Ñancahuazú, entre la vanguardia y la retaguardia, da lugar a otras interrogantes sobre si se trató de una falla del «Che«, de una imprevisión o realmente fue imposible que volviera a unirse el grupo de combatientes, agregó.
La separación de la guerrilla permitió al Ejercito arrinconar al medio centenar de rebeldes y aniquilar el foco guerrillero.
Esas dudas ponen en evidencia que «el tema no está agotado» y «hay todavía mucho por escarbar, mucho por indagar», agregó Soria.
Como documentalista, Soria puede reconocer si un dato, documento o una foto se corresponden con la historia de la guerrilla, si necesitan mayor legitimación o se rechazan como un «fraude».
Por ejemplo, afirma que es «trucada» una conocida imagen del agente de la CIA Félix Rodríguez al lado del «Che» y tres soldados en La Higuera porque la luz del sol sobre la cara del primero se refleja diagonalmente y en los otros de forma vertical o cenital.
Parte central de su trabajo ha sido la publicación de cinco tomos de «El Che en Bolivia, documentos y testimonios» que incluyen los diarios de campaña de Guevara y de otros guerrilleros, fotografías, declaraciones de las personalidades de la época, listas y análisis.
Todo el material que ha rescatado y producido puede consultarse en el sitio https://chebolivia.org, que actualmente tiene más de 150.000 visitantes de 170 países.
Quien quiera ahondar sobre el emblemático guerrillero tiene a su disposición esa información sin costo ya que Soria considera que nada que se vincule con el «Che» puede ser usado con fines de lucro.
En la web está una copia del facsímil del diario manuscrito del «Che«, aunque de forma incomprensible el Estado boliviano sigue considerando ese documento como un secreto y lo guarda en la bóveda del Banco Central, sin tener condiciones para preservarlo, apuntó.
Pese al laborioso trabajo que ha hecho nunca ha sido invitado por el Gobierno de Cuba para presentar su obra en las ferias del libro de La Habana, y en las tres ocasiones en las que participó lo hizo por gestiones de Bolivia, Suiza y por su cuenta.
A su juicio, esa actitud puede deberse a que él no hace historia oficial, «ni panegíricos del Che«, sino que rescata los datos de la historia y publica lo que parece correcto «sin consultar a nadie».
Soria admite que se le llame guevarólogo o guevariano si caben los términos, pero no se considera guevarista porque, afirma, el mismo «Che» era un iconoclasta y un «antidogmático por esencia».
Concluyó en que, a diferencia de quienes hacen loas y gritan ¡el Che Vive!, se debe hacer un esfuerzo para reflexionar sobre la entrega del comunista, su ética de combatiente y comprender su esfuerzo por cambiar de rumbo la historia latinoamericana.
