Las elecciones se realizarán el 19 de noviembre pero no faltará la ocasión en que esta materia se transforme en el pie de una buena charla. Ese será el momento preciso para lucirse con los amigos explicándoles cómo es que funciona el sistema D’Hondt, también conocido como “de cifra repartidora” y que viene a reemplazar al sistema binominal en las elecciones parlamentaria. Pero basta de chácharas. ¿Cómo funciona la cosa?
Para ilustrarlo mejor, tomemos un ejemplo. Si tenemos un distrito en el que hay cupo para 5 diputados y compiten 3 listas, lo que se hará, se tomará el total de votos de cada lista y se dividirá por 1, por 2, por 3, por 4 por 5.
Supongamos que la “lista 1” obtuvo 100 votos, la “lista 2”, obtuvo 60 votos y la “lista 3”, sólo 40 votos. Con esas cifras, se dividirán las listas de la siguiente manera:
Como sólo hay 5 cupos, se tomarán las cifras en orden decreciente, según el resultado general. Así, si lo ponemos en una tabla hecha toda la operación tenemos que la «lista 1» obtiene la cifra más alta, con 100 votos. Le sigue la «lista 2» con 60 votos. La «lista 1» vuelve a tener la cifra que sigue, que es 50 votos, entonces se queda con otro escaño más. Luego viene la «lista 3» con 40 votos. Finalmente aparece la «lista 1» de nuevo, con 33 votos. ¿Se entiende?
La profesora Claudia Vargas del departamento de Matemática y Ciencias de la Computación de la Universidad de Santiago explica que «Victor D’Hodnt profesor de derecho civil y de derecho fiscal en la Universidad de Gante ideó el método que data de 1878» y aclara que para que funcione «se escrutan todos los votos y se calculan los denominados cuocientes sucesivos para cada lista electoral».
«Se designa a los ganadores comparando los cuocientes entre los aspirantes de todos los partidos. Así, por ejemplo, si se eligen cinco concejales, se dará el triunfo a quienes hayan logrado los cinco mayores cuocientes, sean del partido que sean», explica. En palabras simples, es lo que aparece en el dibujo de arriba.
Sin embargo, la especialista dice que igual hay ciertos reparos con la fórmula porque «no es del todo justo». Según ella, se «favorece a los partidos pequeños» debido a que la fórmula no es proporcional. Ello, porque lo que busca es «representatividad». Y habla con propiedad porque estuvo en España haciendo su doctorado en Didáctica de las Matemáticas y justamente allá, en ciertas elecciones, usan este sistema, que ella analizó con detalle.
«Era un tema actual en mayo de 2007 y decidí incluirlo en mi colaboración semanal», dice con orgullo.
Sus críticas van de la mano con lo que piensa el cientista político y académico de la Universidad de Chile, Guillermo Holzmann. «Este sistema privilegia a los partidos pequeños e incentiva a una mayor cantidad de postulantes, porque funciona por una cifra repartidora que va asignando los escaños según el número de votación que obtiene las listas”.
Sin embargo, dice que aunque ofrezca mayor representatividad, también tiene sus detalles. “La mejor ventaja es que tiene una mayor representatividad de los pactos”. Entre la desventajas está que “va a generar mayor distancia ideológica en el Congreso, por lo que llegar a acuerdos puede ser difícil”. En ese sentido, no descarta que existan proyectos que estén meses discutiéndose en el Parlamento.
“Yo creo que no es el mejor sistema, tiene muchas posibilidades, pero se ha ido exagerando un poco en materia de la representación. Es un sistema mayoritario simple sí, pero un sistema como este no va a tener como resultado una mejor democracia”, sentencia el profesor.