Se calcula que en el mundo hay 10 millones de personas que no poseen una nacionalidad, y que además cada 10 minutos nace un niño en esas mismas condiciones. A quienes viven en esta condición se les denomina ‘apátridas’. La situación es bastante compleja, ya que sin una nacionalidad, frecuentemente no tienen acceso a los derechos y servicios que los países normalmente otorgan a sus ciudadanos, como salud, educación y más.
El 4 de noviembre del 2014, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) dio el puntapié inicial a una campaña global para poner fin a esta situación alrededor del mundo. “La meta de erradicar la ‘apátrida’ parece cada vez más fácil de alcanzar gracias al número creciente de países que han ratificado dos importantes tratados sobre derechos humanos de las Naciones Unidas”, explicaron desde Acnur, en aquél entonces.“La apatridia es inhumana. Creemos que es hora de terminar con esta injusticia”, agregaron. El nombre la campaña es «#IBelong» (Yo pertenezco).
¿En qué casos se puede ser ‘apátrida’?
En 1954, en la ciudad de Nueva York, se realizó la la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas de las Naciones Unidas. En aquella oportunidad se establecieron las condiciones en las que una persona podría nacer o quedar sin nacionalidad, y por ende, ser catalogado como ‘apátrida’.
El primer caso, es el de aquella persona que «poseía la nacionalidad de un Estado que ha desaparecido y no se creó en su lugar ningún Estado sucesor». También se consideran aquellos que «han perdido la nacionalidad por decisión gubernamental», donde podrían aplicar casos de exilio o traición a la patria.
Otros casos apuntan al racismo existente por parte de algunos Estados, frente a etnias del lugar. Incluso en casos en los que alguna persona de una minoría étnica o de otra índole, nace en un determinado lugar, pero el Estado del mismo le niega la nacionalidad, solo por ser de dicha etnia. Ejemplo de aquello, son los refugiados de etnia tutsi en Ruanda y Burundi.
Nacer en una zona de conflicto, como territorios disputados por más de un país, también puede conducir al estado de ‘apátrida’, ya que ninguno de los países involucrados en el conflicto quiere hacerse además cargo de quienes nacen en la zona disputada.
Casos basados en conflictos legales
Otra de las maneras en que una persona puede quedar sin nacionalidad es por conflicto legal. Si un niño nace en un país donde su nacionalidad se determina por la nacionalidad de sus padres (término legal, ius sanguinis), pero sus padres son de un país donde rige «el lugar donde se nace» (ius soli), el niño quedará sin nacionalidad.
Se calcula que unos 2.500 menores hijos de inmigrantes en situación irregular están en situación de ‘apátridia’ en Chile. Por lo mismo, la Presidenta Michelle Bachelet se comprometió a avanzar en este tema. Actualmente Chile y Venezuela son los únicos países de Sudamérica que todavía no han suscrito la Convención sobre el Estatuto de los Apátridas (1954) y la Convención para reducir los casos de Apatridia (1961), que eliminarían este problema.
Bachelet: «Toda persona tiene derecho a una nacionalidad»
El proyecto “Chile Reconoce” lanzado por la Presidenta, es el primer paso para avanzar en esta materia. La máxima autoridad del país sostuvo que “somos una nación lo suficientemente madura para entender que el idioma, el trato, la cultura familiar y el esfuerzo de quienes han decidido hacer de esta nación su patria, hacen de nuestro país un hogar común más cálido, y entregan a nuestros compatriotas virtudes necesarias para su desarrollo”.
En el lanzamiento, la Presidenta estuvo junto a los ministros de Interior, Mario Fernández; de Relaciones Exteriores, Heraldo Muñoz; de Desarrollo Social, Marcos Barraza; y de la Mujer y la Equidad de Género, Claudia Pascual.
«Chile Reconoce”será impulsado por el Departamento de Extranjería y Migración, en el marco de la Campaña Internacional “#IBelong” (Yo Pertenezco) del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
La máxima autoridad del país subrayó que está política pública responde a un principio de equidad. Y añadió: “Acá es importante recalcar que lo que busca el programa ‘Chile Reconoce’ no es un favor, ni mucho menos un regalo: es el justo reconocimiento de un derecho: tener la nacionalidad del país en el que nacieron”.