El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, felicitó el pasado abril a su homólogo filipino, Rodrigo Duterte, por su «increíble trabajo» en la lucha contra las drogas, que ha dejado más de 7.000 muertos desde su investidura en junio del año pasado.
El diario The Washington Post reveló este miércoles el contenido de una conversación telefónica entre Trump y Duterte, que ocurrió el pasado 29 de abril.
El periódico accedió a una copia de la transcripción de la conversación entre los dos líderes, elaborada por el Ejecutivo filipino el 2 de mayo y cuya veracidad confirmó al Post un funcionario estadounidense, quien se negó a hablar públicamente de un «documento filtrado por un Gobierno extranjero».
Según la transcripción obtenida por el diario, Trump inició su conversación con Duterte diciendo: «Solo quería felicitarle porque he sabido de su increíble trabajo con el problema de las drogas. Muchos países tienen ese problema, nosotros tenemos ese problema, pero qué trabajo más genial está haciendo. Y solo quería llamar y decirle eso».
A continuación, Duterte agradece las palabras de Trump y explica: «las drogas son el flagelo de mi país ahora y he tenido que hacer algo para preservar la nación filipina».
En respuesta, Trump afirma que entiende «completamente» la posición de Duterte, a pesar de que uno de sus predecesores no «entendió eso», en referencia a las críticas del ex presidente Barack Obama a la «guerra contra las drogas» iniciada en Filipinas y que ha provocado miles de muertos en ese país.
Organizaciones de derechos humanos afirman que al menos 7.000 supuestos drogadictos y narcotraficantes han sido asesinados, con participación o anuencia de las fuerzas de seguridad, desde mediados del año pasado, cuando se empezó a aplicar la estrategia de lucha contra las drogas lanzada por Duterte.
La transcripción de la Casa Blanca sobre la llamada entre Trump y Duterte no incluye tantos detalles y se limita a que los dos líderes «hablaron sobre el hecho de que el Gobierno filipino está luchando muy fuerte para librar a su país de las drogas, un flagelo que afecta a muchos países en todo el mundo».
Según la Casa Blanca, durante la llamada Trump invitó a Duterte a visitar la Casa Blanca y ambos conversaron sobre la reunión que mantendrán en noviembre en Filipinas líderes de Estados Unidos y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), que cumple medio siglo de existencia.
Estados Unidos y Filipinas han sido países históricamente aliados, pero sus nexos se han degradado desde que Duterte fue elegido nuevo presidente en mayo.
El presidente filipino ha decidido romper con Estados Unidos y buscar nuevos opciones, primero en China, donde anunció en octubre la «separación» económica de EE.UU., y ahora en Rusia, donde se encuentra de visita para reunirse con su homólogo ruso, Vladimir Putin, y firmar un acuerdo de cooperación militar.