El presidente brasileño, Michel Temer, afirmó hoy que la operación policial que desmanteló una mafia que se dedicaba a adulterar carnes provocó un «embarazo económico» a Brasil, uno de los mayores productores mundiales de alimentos, pese a la «insignificancia» de lo descubierto.
«Evidentemente eso causó, no puedo dejar de registrarlo, un embarazo económico a Brasil porque llevó a algunos países a, de alguna forma, pensar en suspender las compras de carne», afirmó el jefe de Estado en la ceremonia inaugural de la Conferencia de las Ciudades Latinoamericanas en Brasilia.
Brasil es el mayor exportador mundial de carne bovina y de pollo, el cuarto en el segmento de cerdos, y las ventas externas de esos tres sectores a cerca de 150 países representaron el año pasado el 7,2 % de ese comercio, con 11.600 millones de dólares.
El descubrimiento de que algunas empresas adulteraban las carnes para poder vender productos vencidos o no apropiados para el consumo llevó a China, Corea del Sur, Chile, Hong Kong y la Unión Europea (UE), entre otros, a anunciar restricciones temporales a las importaciones de carnes brasileñas.
Según la Policía, varias de las principales cárnicas del país, entre ellas JBS y BRF, con la complicidad de fiscales sanitarios corruptos, «maquillaron» con productos químicos carnes que estaban en mal estado y no cumplían con los requisitos para la exportación.
El Gobierno se ha apresurado a ofrecer explicaciones sobre la calidad de la carne brasileña y la eficacia de su sistema de fiscalización sanitaria y ya consiguió que Corea del Sur revirtiera su decisión.
Temer afirmó que toda esa movilización diplomática fue provocada por una operación que tuvo como blanco una mínima parte de las plantas procesadoras de carne de Brasil.
«Los números muestran la insignificancia de la operación», afirmó el presidente al recordar que sólo 3 de los 4.383 frigoríficos de Brasil fueron intervenidos por la Policía y que sólo 19 están bajo investigación.
Recordó igualmente que sólo 30 de los 11.300 fiscales sanitarios del Ministerio de Agricultura fueron acusados de recibir sobornos de productores de carne para flexibilizar las inspecciones u omitirlas.
«No podemos dejar transitar impunemente un alarde que, en realidad, no alcanza a la totalidad de los frigoríficos brasileños», agregó el mandatario ante una platea de empresarios.
Según el jefe de Estado, «nada como mencionar los números para verificar la insignificancia del hecho. Insignificancia que, debo decir, no merece ser patrocinada, porque, si hay desvíos, tienen que ser investigados».
En el mismo evento, el ministro de Industria y Comercio Exterior de Brasil, Marcos Pereira, destacó que las plantas investigadas por los fraudes fueron responsables por menos del 1 % de las exportaciones brasileñas de carnes el año pasado.