El Consejo de Ministros de la Unión Europea (UE) respaldó hoy revocar la política restrictiva y unilateral en la que basa su relación con Cuba desde 1996 el próximo 12 de diciembre, cuando firmará en Bruselas el primer acuerdo bilateral de su historia con ese país.
Los ministros europeos respaldaron las decisiones para firmar el acuerdo de diálogo político y cooperación concluido con las autoridades cubanas, aplicarlo provisionalmente y eliminar la llamada «posición común», considerada por La Habana como el gran escollo para normalizar sus relaciones con la Unión.
«Nos encontramos en un verdadero punto de inflexión (…) La UE muestra su disposición a apoyar el proceso de modernización económica y social de Cuba», dijo la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, en un comunicado.
Mogherini firmará el acuerdo el día 12, en los márgenes de un consejo de ministros de Exteriores comunitarios, junto al canciller cubano, Bruno Rodríguez.
Con él también tiene previsto ese día un encuentro bilateral el ministro español de Exteriores y Cooperación, Alfonso Dastis, indicaron a Efe fuentes diplomáticas.
La posición común, que decaerá con la firma del nuevo acuerdo, fue introducida unilateralmente por la UE a instancias del Gobierno español, dirigido entonces por el conservador José María Aznar, y condicionaba condiciona las relaciones a la mejora de los derechos humanos en la isla.
El acuerdo de diálogo político y cooperación será desde el día 12 el «nuevo marco jurídico» de relaciones entre la UE y Cuba.
Sus negociaciones se iniciaron en abril de 2014 y concluyeron tras siete rondas con su rúbrica en La Habana en marzo de 2016.
El acuerdo «apoya el proceso de transición de la economía y la sociedad cubanas» y promueve el diálogo y la cooperación en favor del «desarrollo sostenible, la democracia y los derechos humanos», y acciones conjuntas en foros multilaterales.
Está estructurado en tres capítulos principales. El primero de ellos sobre diálogo político en temas como derechos humanos, armas de pequeño calibre y el desarme, migración, drogas, la lucha contra el terrorismo o el desarrollo sostenible.
El segundo, sobre cooperación, versa sobre políticas sectoriales en ámbitos como derechos humanos, gobernanza, sociedad civil, desarrollo social y económico, medio ambiente o cooperación regional.
El último capítulo aborda el comercio y la cooperación en aspectos como aduanas, facilitación del comercio, normas técnicas o el comercio y la inversión sostenibles.
No se trata en todo caso de un acuerdo de libre comercio ni de protección de inversiones porque ése no era el objetivo ni el interés de las partes durante la negociación, según fuentes próximas al proceso.
En cambio, este tratado sí creará «una atmósfera más predecible y transparente para los agentes económicos» e «incrementará su capacidad económica para producir, comerciar y crear empleo».
La Unión es el principal exportador a Cuba y su segundo socio comercial (por detrás de Venezuela), además de ser también el mayor inversor extranjero en el país y el punto de origen de un tercio de los turistas que recibe.
En 2015, el valor de las exportaciones de bienes a Cuba ascendió a 2.200 millones de euros y, el de las importaciones a 540 millones.
Para la entrada en vigor del acuerdo, además de la firma será necesaria la notificación de aplicación provisional tanto por la parte europea como la cubana, indicaron a Efe fuentes comunitarias.
A los dos meses de esa notificación se producirá su aplicación provisional.
La aplicación total del acuerdo se producirá cuando los Parlamentos nacionales y algunos regionales de los 28 países de la UE le den su visto bueno, teniendo en cuenta que es un tratado de naturaleza «mixta» y algunas de sus partes deben ser aprobadas directamente por los Gobiernos.
Por esa razón también deberán estampar su firma el día 12, además de Mogherini y Rodríguez, los ministros de los Veintiocho.
La UE y Cuba retomaron el diálogo político y la cooperación en 2008 después de la «Primavera Negra» de 2003, cuando el régimen cubano encarceló a 75 opositores, lo que llevó a la Unión a imponerle sanciones y, a Cuba, a rechazar su ayuda al desarrollo.
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