La dirección del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) decidió hoy, por una holgada mayoría, abstenerse en una próxima votación de investidura para permitir al conservador Mariano Rajoy formar un nuevo Gobierno y evitar así unas terceras elecciones.
La abstención se impuso por 139 votos a favor y 96 en contra tras una votación en la que participaron 237 miembros del llamado Comité Federal, órgano máximo del partido entre Congresos.
Esta decisión pone fin al bloqueo institucional en España, cuyo Gobierno está en funciones desde hace más de 300 días.
La mayoría «abstencionista» derrotó a los partidarios del «no» a Rajoy, el sector alineado con el exsecretario general del PSOE Pedro Sánchez, quien, tras el tumultuoso Comité Federal celebrado el 1 de octubre, dimitió de su cargo precisamente por mantener su negativa a un Gobierno conservador.
La resolución señala que debe ser acatada por el grupo parlamentario socialista en el Congreso de los Diputados (85 escaños), si bien para la semana que viene queda por decidir si serán todos los diputados, parte de ellos, o justo los once que necesita Rajoy para ser investido presidente del Gobierno.
Este asunto es motivo de controversia porque hay un grupo de diputados, entre ellos los siete catalanes, que se han comprometido a votar «no» pese a lo decidido por el Comité Federal.
El Parlamento español está compuesto por 350 escaños. En una primera sesión de investidura, el candidato necesita mayoría absoluta; esto es, 176 diputados, aunque en una segunda le basta con más síes que noes.
El PSOE, dirigido por una Comisión Gestora desde la dimisión de Sánchez, ya adelantó que votará «no» en la primera sesión y hoy ha confirmado que se abstendrá en la segunda.
El presidente de la ‘Gestora’, Javier Fernández, declaró tras la votación que lo decidido por el Comité Federal tiene carácter «imperativo» para todos los diputados del grupo socialista.
Fernández también dijo que abstenerse no es «algo vergonzante» y que tampoco es «apoyar», por lo que la resolución debe cumplirse «literalmente».
Tras el debate a puerta cerrada, fuentes socialistas explicaron que la decisión tomada responde a la necesidad de «desbloquear la excepcional situación institucional que sufre el país».
El texto de la resolución dice: «A nadie se le oculta que no es una decisión fácil, pero tampoco contemplamos el ejercicio de la responsabilidad política, en esta coyuntura ciertamente excepcional, como una carga que nos resulte ajena o incompatible con el papel que hemos venido desempeñando en nuestra democracia constitucional».
Esta es la primera vez que el histórico Partido Socialista Obrero Español permite gobernar a los conservadores desde que España recuperó la democracia el año 1977.
Sus portavoces argumentan que esta posición se debe a la necesidad de evitar unas terceras elecciones.
Los españoles acudieron las urnas el 20 de diciembre de 2015 y el 26 de junio de 2016, pero los responsables políticos no se pusieron de acuerdo para que se formara Gobierno.
El Partido Popular, liderado por Rajoy, ganó ambos comicios pero no logró la mayoría suficiente como para ser investido presidente. La semana que viene sí dispondrá de suficientes apoyos.
En todo caso, el proceso para la formación de un nuevo Gobierno empieza y acaba la semana próxima.
El 24 y el 25 está prevista una ronda de consultas del Rey con hasta quince portavoces de los grupos parlamentarios.
Entre el 26 y el 29 habrán de celebrarse dos sesiones de investidura en el Congreso de los Diputados.
El 30, cuando Felipe VI haya regresado de la Cumbre Iberoamericana de Cartagena de Indias (días 28 y 29), la presidenta del Congreso, Ana Pastor, podría comunicarle el resultado de la votación parlamentaria y Rajoy tomaría posesión como presidente del Gobierno.
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