El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció este miércoles que Estados Unidos estaba dispuesto a levantar las sanciones económicas contra Birmania, que ha realizado una transición democrática tras décadas de aislamiento.
«Estados Unidos está de aquí en más dispuesto a levantar las sanciones impuestas a Birmania hace mucho tiempo», declaró Obama en el salón oval de la Casa Blanca tras un encuentro con el ícono de la lucha por la democracia, la birmana Aung San Su Kyi, premio Nobel de la Paz.
Interrogado sobre la fecha en que entraría en vigor el levantamiento de las sanciones, el presidente se limitó a responder: «Pronto».
Estados Unidos ya había reducido las restricciones en los sectores bancario, minero y forestal, pero Washington ha mantenido una lista negra de más de 100 personas acusadas de estar vinculadas a la antigua junta militar. Los estadounidenses no pueden firmar contratos con los birmanos que figuren en esa lista negra ni con las empresas que poseen.
Aung San Suu Kyi, quien tiene el título de asesora especial de Estado, que le permite tener una gran influencia en el gobierno a pesar de una Constitución heredada de la junta que le prohibió ser presidenta, agradeció «al pueblo estadounidense, al Congreso y al presidente» por su apoyo durante la transición democrática.
Un poco antes la Casa Blanca había anunciado que el presidente había propuesto restaurar los beneficios comerciales a Birmania, que habían sido suspendidos hace más de dos décadas por violaciones de los derechos humanos.
En una carta enviada al Congreso –prevista para que coincidiera con la primera visita de Aung San Suu Kyi a la Casa Blanca desde que su partido, la Liga Nacional por la Democracia, ganara una histórica elección– Obama afirma que Birmania debería gozar de las preferencias tarifarias para países pobres bajo el Sistema de Preferencias Generalizadas.
Washington quiere mantener un delicado equilibrio con un país en el que el Ejército conserva importantes intereses económicos y una gran influencia política (la cuarta parte de las bancas del parlamento gracias a diputados no elegidos): demostrar que el proceso de democratización no ha finalizado y al mismo tiempo intentar que las sanciones no impidan las inversiones susceptibles de mejorar la vida cotidiana de los birmanos.
Aung San Suu Kyi es el símbolo de la lucha contra la junta militar birmana, que la mantuvo bajo arresto domiciliario durante más de 15 años.
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