Al menos 43 personas murieron este lunes en una serie de atentados en varias ciudades de Siria, esencialmente controladas por el régimen, como la provincia costera de Tartús, feudo del régimen sirio, según los medios estatales.
El ataque más sangriento se cometió en un puente de los alrededores de Tartús, y causó 30 muertos y 45 heridos. Primero estalló un coche bomba y luego un kamikaze se hizo saltar por los aires en medio de la gente que había acudido para socorrer a los heridos de la primera explosión.
Los atentados no han sido reivindicados pero el grupo Estado Islámico (EI) ha atacado ya varias veces las ciudades golpeadas este lunes.
«Estos ataques han sido claramente llevados a cabo teniendo como blanco posiciones de las fuerzas de seguridad», subraya Rami Abdel Rahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Los atentados se producen poco después de que el EI perdiera sus últimas posiciones a lo largo de la frontera con Turquía, y del éxito del ejército sirio y sus aliados que lograron asediar los barrios rebeldes de Alepo.
Hasta hace poco tiempo, Tartús no había padecido la violencia de la guerra en Siria, que ha causado desde 2011 más de 290.000 muertos y obligado a millones de personas a huir de sus hogares.
Sin embargo el pasado 23 de mayo una serie de atentados, entre ellos ataques suicida reivindicados por el EI, dejaron más de 170 muertos en Tartús y otro feudo del régimen, Jablé.
En otros ataques, en el noreste del país, al menos ocho personas resultaron muertas este lunes en Hasaké, una localidad controlada casi íntegramente por las milicias kurdas, aunque el régimen esté presente en algunas zonas.
Por otra parte, la explosión de un coche bomba provocó la muerte de cuatro personas, y siete heridos, en Homs (centro), según la agencia oficial Sana.
En fin, otra explosión se produjo en una carretera al oeste de la capital, Damasco, dejando un muerto y tres heridos.
Fracaso diplomático en el G20
Siria también centra la cumbre del G20 en China, donde Estados Unidos y Rusia fracasaron este lunes en alcanzar un acuerdo sobre la guerra en ese país a causa de las divergencias persistentes, según indicó un diplomático estadounidense.
Las negociaciones entre el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, terminaron sin acuerdo, indicó el diplomático.
El domingo Washington había acusado a Moscú de haber dado «marcha atrás» en algunos puntos de las negociaciones, haciendo imposible un acuerdo de cooperación entre las dos potencias.
Estados Unidos y Rusia, que llevan a cabo ataques aéreos en Siria contra los yihadistas pero cada uno por separado, están en desacuerdo sobre el futuro del presidente Bashar al Asad, que continúa atacando a la oposición siria con el apoyo de Rusia.
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