Después del ataque terrorista en Niza, donde un camión pasó por sobre una multitud y dejó 84 muertos el 14 de julio, los medios de comunicación empezaron a desentrañar quiénes habían sido las víctimas y sus historias.
Fue así como AFP informó el caso de Timothé Fournier, de 27 años, dueño de una tabaquería en París que había muerto después de empujar a su señora, embarazada de 7 meses, y salvarla de la mortal arremetida del camión.
El 15 de julio, la agencia informó lo siguiente en una lista de víctimas: “Timothé Fournier, de 27 años, trabajaba en París. Murió protegiendo a su esposa, embarazada de 7 meses, a quien logró empujar antes de que el camión lo embistiera, contó a la AFP Anaïs, una de sus primas. ‘Era un hombre muy bueno, soñador, siempre presente para su mujer y su futuro hijo’, añadió esta fuente”.
Sin embargo, la historia resultó ser falsa y la agencia AFP, víctima de un engaño. El 21 de julio la alcaldía de Niza publicó una lista completa de los muertos y en ella no figuraba Fournier.
La AFP piensa que fue víctima de una información falsa de parte de una persona que se hizo pasar por la prima de esta supuesta víctima y quien suministró con precisión numerosos detalles, lo que condujo al error del periodista.
Esta persona ya no volvió a responder a los múltiples intentos de contacto por parte de la AFP y cerró la cuenta Twitter a través de la cual la Agencia estuvo en contacto con ella.
«Nuestro periodista, por un exceso de consideración y empatía hacia las víctimas del atentado, no realizó las suficientes confirmaciones y verificaciones. Es lamentable y perjudicial para la agencia y para los clientes que tomaron la información. Pero fuimos víctimas de un acto malintencionado», comentó la directora de la Información, Michèle Léridon.
«Recordamos con firmeza nuestras reglas sobre las fuentes y la utilización de las redes sociales. Cuanto más fuerte sea la presión mediática y emotiva, más debemos ceñirnos a respetar las reglas», agregó.
POB/AOS