Jihad Diyab, fue uno de los seis ciudadanos sirios que fueron trasladados desde Guantánamo hasta Uruguay luego que el en ese entonces presidente José Mujica negociara con el gobierno estadounidense la opción de recibir a prisioneros que se encontraban en la cárcel ubicada en Cuba.
De esta manera tras 12 años recluidos, el hombre que nació en El Líbano pero tiene la nacionalidad siria, llegó a fines de 2014 a vivir en Montevideo, donde era común observarlo haciendo compras o caminando tranquilamente por la vía pública ayudado de muletas.
Sin embargo, el hombre de 44 años desapareció del mundo. Según informó BBC Mundo, le avisó a sus más cercanos que estaría ausente durante el Ramadán, el cual terminó el pasado miércoles. Pero tras esto, no hubo más señales de su existencia.
Consultado al respecto, Mujica señaló que “Uruguay le dio refugio a unos tipos que tiraron de Guantánamo bajo esta condición: no somos carceleros. Acá vienen a vivir. Si un día va uno a Rivera, cruza la frontera y se va para el otro lado como tantos, Uruguay no le va a poner un milico atrás para controlar lo que hace“.
Además, criticó a Diyab por ser “poco solidario con los que están presos en Guantánamo”, pues su desaparición puede causar problemas a los restantes sirios que se encuentran en Uruguay.
El misterio tras esta situación causó alarma en Estados Unidos. El legislador republicano Jeff Duncan aseguró que el hombre es un experto en falsificación de pasaportes para Al Qaeda, por lo que insinuó que sería una amenaza para Río de Janeiro durante los Juegos Olímpicos.
Por lo mismo la desaparición de Diyab se ha instalado en el debate político norteamericano. El analista geopolítico Marco Vicenzino señaló a BBC que “una vez que esto pasa, obviamente que la administración Obama luce mal y puede ser acusada de ser débil en el tema de seguridad”.
Mientras existen alertas en Brasil y Argentina por un posible ingreso del sirio a dichos países, Estados Unidos se mantiene con la duda sobre su paradero.
«(Queremos saber) en dónde está, en qué está, qué planea y si es un riesgo o no», manifestó a la prensa la nueva embajadora norteamericana en Uruguay, Kelly Keiderling.
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