Personas lógicas, racionales, con capacidad de análisis, experiencia en desarrollo de proyectos, especialización y alto grado de planificación, eran atributos comunes a la hora de levantar un perfil para ocupar la posición de Ingeniero en cualquiera de sus ramas.
Sin embargo, ya no sólo esas cualidades son valoradas al momento de contratar a alguien, ya que independientemente del cargo, también se valoran características como capacidad de innovación y gestión, tolerancia a la frustración, adaptación a las cambiantes demandas del mercado, además de habilidades de comunicación, relacionamiento, resolución de problemas y gestión de equipos.
Al respecto, Elena Camacho, consultora del área de Ingeniería & Construcción de Randstad, señala que las competencias blandas son cada vez más demandas por las empresas, ya que proponer mejoras y tener una mirada global del negocio que permita adelantarse a los potenciales problemas que puedan surgir, es un must en los ingenieros.
«Es importante que la persona sea capaz de adaptarse a la cultura de la compañía y a los constantes cambios que ésta pueda enfrentar en el plano organizacional y de mercado, aparte de ser multifuncional, responsable y facilitar un buen clima de trabajo, tanto con sus compañeros como con los clientes y la comunidad en su conjunto», afirma la especialista.
Asimismo, añade que si la persona estará a cargo de un equipo de proyecto o si ocupará una posición de management, «estas cualidades cobran aún más sentido, porque es indispensable que sea empático con todos los miembros de la organización, a nivel horizontal y vertical».
En cuanto al reclutamiento y selección, la experta agrega que si bien es relevante que el candidato calce con la cultura de la empresa y cumpla con los requerimientos técnicos, es indispensable que su visión de trabajo haga match con el estilo de liderazgo de su jefatura directa, ya que es una forma de asegurar que tenga continuidad laboral y, por tanto, opte a más posibilidades de desarrollo de carrera dentro de la compañía.
Camacho explica, por ejemplo, que «en una start up es difícil que encaje un profesional sin autonomía, que requiera un jefe muy presente, que no tenga capacidad de innovar en ciertos procesos o que no sea proactivo a la hora de proponer soluciones».
En definitiva, la experta recalca que ahjora no se buscan sólo aquellos que saben de número, sino que también una persona flexible, que sepa trabajar en equipo. Si lo anterior se suma a «habilidades comunicacionales y es un buen líder, se considera más que calificada para un ocupar un puesto de trabajo. Por eso, las competencias blandas son las que hoy marcan la diferencia a la hora de elegir entre un profesional», concluye.
DP/PCP