Con la sexta mejor marca de la historia, el estadounidense Christian Coleman se colgó el oro en los 100 metros planos del mundial de atletismo de Doha y se convirtió en el hombre más rápido del mundo.
El atleta clavó los registros en 9,76 segundos y superó a su compatriota Justin Gatlin por 13 centésimas. El podio lo completó el canadiense Andre de Grasse, a 14 centésimas del ganador.
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Corriendo por la línea 4, Coleman salió parejo con Gatlin, pero a media distancia comenzó a meter diferencias con sus perseguidores, rematando con fuerza, mientras De Grasse arremetía en los metros finales para quedarse con el bronce.
Con 23 años, la presencia de Coleman en Doha ha sido controversial. Considerada una de las promesas del atletismo mundial y uno de los aspirantes a ser el sucesor del jamaicano Usain Bolt, arriesgaba una dura sanción de dos años por ausentarse de tres controles antidopaje en los últimos 12 meses, lo que es penado por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA).
Sin embargo, la defensa del velocista alegó que una de las fechas estaba mal agendada por 26 días, argumento que aceptó la WADA para dejarlo fuera de investigación.