El partido del pasado fin de semana dejó muchas dudas a la dirigencia de Azul Azul y al cuerpo técnico de Universidad de Chile. A pesar de que los laicos derrotaron 1 a 0 a Deportes Temuco como visitantes, la imagen del juego no varió mucho de lo exhibido durante el primer semestre y por eso, en el Centro Deportivo Azul (CDA) se ha generado una fuerte incertidumbre sobre lo que pueda hacer el equipo en la segunda rueda del Campeonato Nacional 2019.
Considerando que la U pelea en el fondo de la tabla de posiciones por evitar el descenso a segunda división, existe una gran urgencia y apuro por parte de la dirección deportiva del club para ganar una serie de partidos que eviten esa posibilidad. Sin embargo, y mirando el pasado duelo contra los sureños, el panorama de cara al segundo semestre parece complicado y difícil de solucionar.
Tal como han comentado en varias ocasiones desde la U, el presente financiero del club está en números rojos e incluso el director deportivo Rodrigo Goldberg, aseguró que «ni siquiera están en vacas flacas, sino que inexistentes vacas». Por ello, las conversaciones para traer un tercer y último refuerzo para los azules está complicado; tanto por la búsqueda de un jugador que pueda llegar tras un acuerdo «económicamente viable», como también por las diferencias en las necesidades que alegan desde la mesa directiva y el staff de Alfredo Arias.
Por un lado, el entrenador uruguayo insiste con su idea de jugar con tres atacantes en ofensiva, tal como el pasado fin de semana, pero con conocimiento de que Leandro Benegas no es un especialista del puesto. Ante eso, la idea de Arias fue contactar a su ex dirigido en Montevideo Wanderers, Gastón Rodríguez, quien le pidió al adiestrador que negociaran con su representante y el club Peñarol, su actual escuadra.
Dicho eso, en Azul Azul llamaron al club carbonero para gestionar el préstamo del delantero, pero desde Uruguay descartaron cederlo y aseguraron que sólo el pago de la cláusula de salida de su jugador lo sacaría del club. Teniendo en cuenta que esa cifra rodea el millón de dólares, en la U también cortaron la opción.
El anhelado 10
Por otro lado, en Azul Azul están obsesionados con el arribo de un volante de creación, tal como lo apuntó el presidente José Luis Navarrete hace unas semanas. A pesar de ese deseo, en el CDA les ha costado mucho encontrar a algún ’10’ que cumpla con las exigencias deportivas mínimas de la U y que se adapte al estado financiero por el que atraviesan.
Una opción que ya fue descartada era la del mediocampista de Botafogo, Leonardo Valencia, quien recibe un sueldo por sobre lo que le podría ofrecer el equipo laico. Sumado a Leo, también se manejan diferentes nombres en carpeta desde hace meses y donde hombres como Mauro Formica, Pablo Aránguiz, entre otros, generan consenso desde hace mucho tiempo en la mesa directiva.
Una de las ideas alternativas que propusieron en la dirigencia fue aprovechar el buen momento que atraviesa la figura de la Rojita sub 17 mundialista, Luis Rojas, y por eso fue ascendido al primer equipo universitario para esta temporada. Aunque saben que no le pueden exigir lo mismo que a un profesional, conforme a su avance y adaptación, ven con buenos ojos que pueda ser un reemplazante para Nicolás Oroz en esas funciones.
El desafío más cercano de la U será el próximo sábado 20 de julio (15:00 horas) en el Estadio Nacional, en lo que será la revancha de los octavos de final de Copa Chile ante Deportes Temuco.