El Tribunal de Arbitraje Deportiva (TAS) rechazó el recurso impuesto por la campeona olímpica Caster Semenya y la obligó tanto a ella, como a otras corredoras con desproporcionada presencia de testosterona en su organismo, a medicarse para reducir los niveles de la hormona del género masculino si quieren competir en ciertas competencias.
En un histórico dictamen, un panel de la máxima instancia judicial del deporte mundial avaló la normativa propuesta por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF por sus siglas en inglés) sobre atletas con «diferencias de desarrollo sexual» son discriminatorias pero deben ser aplicadas.
Los jueces resolvieron por mayoría de 2 a 1 que «sobre la base de las pruebas presentadas por las partes, esa discriminación es un medio necesario, razonable y proporcionado para alcanzar el fin de la IAAF de preservar la integridad del atletismo femenino en los eventos restringidos».
En su argumentación, la IAAF planteó que los elevados niveles de testosterona en atletas como Semenya con «desarrollo sexual diferentes» no se ajustan a las condiciones habituales de hombre y mujeres, lo que les otorga una injusta ventaja competitiva, y por ello decretó un nivel máximo para las mujeres.
Pese al fallo, Semenya dijo que «a veces es mejor reaccionar sin reacción», pero declaró que el veredicto no la frenará. La dos veces medallista de oro olímpica en los 800 metros, deberá tomar medicamentos para reducir sus niveles de testosterona, si quiere defender su título mundial en septiembre en Doha, Qatar.