Un equipo que siempre ha sido fuerte a lo largo de la historia es Francia, pero eternamente les pasaba un mote que hace rato botaron a la basura: el de ser «pechos fríos».
Los encargados de romper todos los estereotipos que caían en los galos fue el plantel que salió campeón en 1998. El equipo que armó Aimé Jacquet y lideró en la cancha Zinedine Zidane pudo gritar campeón, junto a su gente, en la recordada final de de París ante Brasil, que terminó 3-0.
Desde 1998 hasta 2018 el único equipo que ha podido decir que ha estado presente en tres finales de Copas del Mundo es Francia, porque aparte de gritar campeón en casa, llegaron al partido decisivo en Alemania 2006 (cayendo en penales contra Italia) y ahora hicieron lo propio en Rusia 2018, luego de eliminar en semifinales a Bélgica.
Brasil le sigue de cerca en la estadística de los últimos 20 años. El Scratch fue el mejor de Corea y Japón 2002, mientras que cayó en la propia final del `98 ante los del gallo.
Alemania también tiene dos finales. Jugó la del certamen asiático ante Brasil y fue el monarca de Brasil 2014, donde superó en la final a Argentina, en un lance que se definió en el alargue.
Los otros dos equipos que jugaron una final en los últimos 20 años fueron España y Holanda, quienes se midieron en Sudáfrica 2010, donde el título fue para los hispanos.
También celebraron en la Euro
Pero no sólo a nivel mundial los galos se sacaron el mote de «pechos fríos», sino que también en su región, porque por pudieron dar la vuelta olímpica en la Euro 2000 de Bélgica y Holanda, donde le ganaron la final a Italia.
En la última Eurocopa, la del 2016, perdieron por 1-0 la final contra Portugal, donde ellos eran los máximos favoritos y anfitriones.
El domingo Francia irá por su segundo título a nivel planetario.