Me carga celebrar triunfos ajenos, lo encuentro triste, pobre, hasta patético. Pero no pude evitar dibujar una sonrisa en mi rostro cuando Willy Caballero cometió ese mamarracho y se empezó a gestar el papelón de Argentina en Rusia 2018.
Me reí por venganza, porque desde aquel fatídico 10 de octubre de 2017, cuando se consumó el fracaso de la Roja camino al Mundial, los argentinos no han hecho otra cosa que burlarse de Chile y la Generación Dorada.
¿Y saben? No tienen cara para hacerlo. Vienen dando pena desde hace muchos años, perdiendo finales con un «todopoderoso» como Alemania y con una «cenicienta» que nunca había ganado nada, y que logró un doblete justamente ante ellos. Chile. La sangre en el ojo era tan grande que cada vez que podían molestaban a Vidal y compañía, con memes y titulares en una prensa que ahora debe estar en el piso.
Tampoco tienen cara para hacerlo porque pese a tener a uno de los mejores del mundo, Lionel Messi, lo único que hacen es criticar y destruir todo. No aprovechan a un jugador que incluso pelea por ser uno de los más importantes de todos los tiempos, pero que no es Superman y no puede hacer todo solo. En vez de apoyarlos y gritar por ellos, preferían decir que «Chile lo ve por TV».
También dan pena porque la AFA viene siendo una «bolsa de gatos» desde hace tiempo, con una elección trucha incluida donde hubo un empate, y eso que la cantidad de votantes era impar. La misma AFA se parece a la Federación de Arabia Saudita, especialista en cambiar entrenadores, porque desde Brasil 2014 hasta la fecha han desfilado Gerardo Martino, Edgardo Bauza y Jorge Sampaoli, que dudo que continúe en el cargo después de Rusia.
Lo dije el sábado pasado, y lo vuelvo a repetir, el karma es muy fuerte, los hinchas argentinos en Rusia estaban más pendientes de hacerle un funeral a un muñeco de Arturo Vidal que de gritar por Messi o el Kun Agüero.
La forma de «vengarse futbolísticamente» es en la cancha, no gritando cosas en la tribuna o publicando memes en redes sociales. Ya vendrá la opción de verse las caras otra vez, será en la Copa América de Brasil 2019, donde el equipo de Reinaldo Rueda llegará renovado, con mucho trabajo y con sed de revancha. ¿Argentina? Quizá con un técnico debutante y con Messi fuera. Pero esa otra será una nueva historia.