No es un loco que mira al vacío, ni un excéntrico que repite conceptos –o más bien frases hechas- cuando le toca hablar de su trabajo. Es un tipo tranquilo, un sujeto que pone la mesura frente a todo, aunque se esté hablando de la peor crisis. Es el nuevo DT de la Roja, Reinaldo Rueda.
En una sala de conferencias de la ANFP repleta de periodistas y trabajadores del organismo rector del fútbol chileno, el colombiano de 60 años enfrentó su primer acto público en su calidad de director técnico de la vigente selección bicampeona de América. Fue su presentación oficial.
Medios de Chile, Colombia y Argentina dijeron presentes en Quilín para el acto en el que Arturo Salah acompañó al sucesor de Juan Antonio Pizzi al mando de la Selección. Había mucha expectativa y muchos temas evidentes de consulta: recambio, estilo futbolístico, pero por sobre todo disciplina.
Con un retraso de 10 minutos del horario designado para el comienzo de su presentación, Rueda apareció en el salón y tras las palabras del presidente de la ANFP partió excusándose ante la prensa por no brindar entrevistas en su primer día en Chile: el motivo, no darle ventaja a ningún medio por sobre otro.
De ahí vinieron las consultas y Rueda dejó en claro su sello. No tiró frases cliché, ni tampoco lanzó juicios categóricos sobre ciertas situaciones hipotéticas que podrían presentársele a futuro, de acuerdo a los antecedentes del propio plantel de jugadores que hoy dan forma a la Selección.
«Son personas que saben de comportamiento, son jugadores que son referentes sociales y que saben que la Selección es un lugar sagrado que lo deben respetar, porque la Selección no es para toda la vida, es un estado que no dura siempre. Las normas y la disciplina se verán en su momento«, fue la primera respuesta cuando se le preguntó por el gran tópico de la jornada: la disciplina.
Cuando se le insistió en el tema y se le pidió una respuesta más específica, lanzó una respuesta más corta, pero fue su frase más tajante: «les hago una invitación a los jugadores, a que ese espacio se respete, es lo único que hago. El que se equivoca, mala suerte«.
Ya en una nueva insistencia sobre el tema disciplinario, sacó alguna sonrisa, pero también fue contundente en su respuesta. Y en su estilo, con calma. “¿Qué va a pasar si algún jugar llega con la caña, como decimos en Chile, a una concentración?”, le preguntó un reportero. Tras las risas de los presentes, un tranquilo Rueda lanzó: «Es que eso no va a pasar, creo que no hay jugadores que son convocables que hagan eso, porque hay jugadores que no van a atentar contra su organismo«.