El Gráfico Chile – AFP
En caída libre desde que jugara las semifinales de la Eurocopa 2008, Rusia afronta la Copa de las Confederaciones con el reto de renacer de sus cenizas e ilusionar a sus aficionados, cuando queda un año para que salte al terreno de juego como anfitriona del Mundial.
Convertirse en el cuarto país que gana el ensayo general de la Copa del Mundo como anfitrión parece una quimera para Rusia, que tocó fondo a finales de marzo, cuando perdió 2-0 ante Costa de Marfil en un amistoso disputado en Krasnodar y los jugadores dirigidos por Stanislav Cherchesov fueron despedidos con una gran bronca.
A esta derrota le precedieron otras dos ante Costa Rica y Catar.
Cherchesov, que fue nombrado tras la desastrosa participación en la Eurocopa 2016, donde fueron últimos de su grupo y quedó eliminada en la primera fase, tiene el reto de rejuvenecer al equipo para alcanzar el reto autoimpuesto de alcanzar las semifinales en su Mundial.
«Al equipo le falta entrega. El fútbol es para valientes y a nuestros jugadores les falta valentía», señaló tras la derrota ante Costa de Marfil el narrador de los partidos en Russian TV Gennady Orlov.
Pasos en la buena dirección
Desde esta debacle, Rusia parece haber dado pasos en la buena dirección con un triunfo 3-0 ante Hungría en Budapest y sobre todo un esperanzador empate 1-1 en Moscú ante Chile, firme candidato al título en la Confederaciones tras su doblete en la Copa América (2015 y 2016).
«El equipo dio un salto cualitativo. Podremos mejorar nuestro juego antes del inicio de la Confederaciones«, dijo Cherchesov, orgulloso de que su formación pudiera competir ante un bloque sólido y con mucha experiencia como el chileno.
Rusia, que participa por primera vez en la Confederaciones, podría cruzarse con Chile en semifinales o en la final. Antes tendrá que superar la primera fase en el grupo A, en el que abre el torneo el sábado ante Nueva Zelanda, y que completan México y Portugal.
Entre los hombres más destacados de la lista, el arquero y capitán Igor Akinfeev (98 partidos internacionales), que a sus 31 años suma 14 temporadas como titular en el CSKA Moscú, el versátil centrocampista Denis Glushakov y el delantero Fyodor Smolov, máximo artillero del campeonato ruso en los dos últimos años con el Krasnodar.
Entre las bajas, el centrocampista del Spartak de Moscú Roman Zobnin, que se lesionó en una rodilla en el duelo ante Hungría.
Fernandes y Dzagoev, bajas
También se perderán la competición por lesión Mario Fernandes y Alan Dzagoev, del CSKA de Moscú, y el delantero del Zenit San Petersburgo Artem Dzyuba.
Rusia jugará el ‘aperitivo’ del Mundial, el primero que se disputará en un país de la Europa del Este, con el objetivo adicional de enganchar a la selección a una afición desencantada y que por el momento no parece ilusionada con la participación de su equipo en ambos torneos.
A mediados de abril únicamente 200.000 entradas de las 700.000 puestas a la venta para el Mundial habían sido adquiridas y el viceprimer ministro Vitali Mutko reconoció que algunos estadios podían sonar vacíos.
En las manos de la selección queda entusiasmar a una hinchada en la Copa Confederaciones, cuya final se disputará el 2 de julio en San Petersburgo.