Será la primera final de Grand Slam para Federer, de 35 años, desde el US Open 2015 y la primera en Melbourne desde 2010.
El legendario jugador, que tiene la oportunidad de ampliar su récord de 17 victorias en torneos mayores, estuvo parado en la segunda mitad de 2016 por lesión. Antes de participar en el Abierto de Australia únicamente lo hizo en la Copa Hopman, un torneo de exhibición.
En un partido con altos y bajos por parte de los dos jugadores, que se conocen a la perfección, Federer desaprovechó su ventaja de dos sets, dejando vía libre a Wawrinka, que aprovechó el bajón de su compatriota para empatar.
Finalmente, en una quinta manga de gran tensión, a Federer no le tembló el pulso y se ganó el puesto en la final en 3 horas y 5 minutos.
Las estadísticas de los dos jugadores estuvieron muy parejas. Federer firmó 11 saques directos, 47 ganadores y 50 errores no forzados, mientras que Wawrinka acabó con 10, 47 y 35. En roturas el primero aprovechó 4 de 9 y el segundo 4 de 12.