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Michael Phelps sigue agrandando su historia olímpica en Río 2016. A sus 31 años, llegó a los Juegos Olímpicos brasileños con 18 medallas de oro y pese a su edad, muchos esperaban que este conteo fuera en aumento.
El «Tiburón de Baltimore» no falló a las expectativas y ya suma tres nuevas preseas doradas, luego de ganar en el relevo 4×100 metros, los 200 metros mariposa y el relevo 4×200 metros.
Con esto, el estadounidense ya cuenta con 21 medallas de oro en su colección y totaliza 25 preseas, sumando, además, dos platas y dos bronces. Su impresionante registro lo tiene como el deportista más laureado de las citas olímpicas y si fuera un país, se ubicaría en la posición 39 del medallero histórico, superando a naciones como Etiopía, Argentina, Jamaica, Kazajistán o México.
Las marcas de Phelps parecen de no creer, pero lo cierto es que el nadador es toda una leyenda olímpica; no por nada totaliza un 2% de todas las medallas de oro que tiene Estados Unidos.
Por si fuera poco, supera a 93 países que han obtenido medallas en la historia de los Juegos Olímpicos y a 113 de los 206 comités olímpicos reconocidos por el Comité Olímpico Internacional. Además, si estos datos no fueran suficientes, el estadounidense ocuparía, en caso de competir solo, el noveno lugar del medallero en Río 2016 con sus tres oros, por arriba de, por ejemplo, Gran Bretaña, Francia o Tailandia, que lo seguirían con dos preseas doradas.
Pero el gran registro en medallas no es de lo único que puede ostentar Michael Phelps, ya que también se convirtió en el primer deportista de los Juegos Olímpicos modernos en conseguir tres medallas de oro en pruebas distintas durante cuatro citas olímpicas, además de ser el primer nadador mayor de 30 años que consigue una presea en una competición individual.
La historia dorada de Michael Phelps comienza en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde sumó seis oros, pero su consagración vendría en Beijing 2008, cuando ganó ocho competiciones y se convirtió en el deportista más laureado en una edición de la cita olímpico, superando los siete oros que consiguió el también nadador Mark Spitz en Munich 1972.
Marcas que tienen al «Tiburón de Baltimore» dándose un baño de oro y en la primera página de la historia de los Juegos Olímpicos.