Círculo Central-DPA
La Eurocopa 2016 está entrando en su parte decisiva y además del fútbol que puedan exhibir, las selecciones ya se aferran a todo para mejorar su confianza, incluso a algunas de las extrañas cábalas. Por eso, muchos protagonistas de la actual edición del torneo de selecciones no estarían de acuerdo con el músico estadounidense Stevie Wonder, quien cantó que «la superstición no es el camino».
Por ejemplo, en el torneo que se juega en Francia no se verá nunca al seleccionador de Gales, Chris Coleman, sin su chaqueta ¿Por qué? Todo tiene que ver con un pésimo recuerdo surgido en el comienzo de su carrera como preparador del equipo nacional, cuando cayó por un contundente 6-1 en un partido de clasificación con Serbia y encontró una de las posibles causas de la derrota.
«Hacía mucho calor esa noche, así que me quité mi chaqueta. Desde entonces, no importa en qué condiciones, nunca me la he quitado durante un partido», relata.
La selección italiana también tiene una serie de rituales. Uno de ellos es que, antes de cada partido, un jugador diferente tiene que dar un discurso a todos sus compañeros. De momento resulta, pues siguen avanzando en el torneo.
«Esta vez era mi turno», dijo Emanuele Giaccherini tras ganar 2-0 a España en octavos de final. «Les dije (a mis compañeros) que se trataba de un partido que teníamos que ganar con el corazón», explicó.
La gran estrella portuguesa, Cristiano Ronaldo, también tiene un gran número de supersticiones que inevitablemente deben cumplirse antes de cada partido. Si viaja a un encuentro en avión, tiene que ser el primero en salir. Si es en autobús, el último en bajar. Y además siempre debe pisar el campo por primera vez con su pie derecho.
El delantero alemán Mario Gomez mantuvo durante su infancia una extraña superstición: antes de los partidos sólo podía usar el urinario de la izquierda para miccionar. Aunque ahora se ha hecho más flexible.
«Si está libre, todavía uso el de la izquierda. Pero si alguien lo está usando, me voy al de la derecha», explica.
También es cierto que los rituales no siempre funcionan y eso lo sabe bien una selección como Inglaterra, que durante la Eurocopa situó por superstición a un león de peluche llamado Leo en el banquillo. No dio el resultado esperado porque Islandia la eliminó en octavos en una de las grandes sorpresas del torneo.
Al final sólo ganará un equipo y los restantes podrán decir entonces que sus supersticiones no siempre funcionan.