No hace mucho tiempo, el concepto de impresión de objetos 3D parecía una fantasía de ciencia ficción y la única impresora famosa de este tipo era el «replicador» de comidas de Star Trek. Hoy en día, la impresión 3D es una tecnología cada vez más importante que se utiliza en todas las industrias para acelerar los procesos y reducir costos.
Con la promesa de un producto verdaderamente único y personalizado, las personas recurren a las impresoras 3D para hacer realidad todo aquello que imaginan, incluso piezas para computadora.
La PC personalizada
Si bien es una práctica para los más fanáticos por el momento, hay una tendencia a alejarse de la compra de PCs estandarizadas y a preferir construir plataformas personalizadas. Las personas que construyen PCs no solo disfrutan de la experiencia de diseñarlas y fabricarlas, sino que también les resulta satisfactorio crear un producto realmente único que las diferencie de las que se pueden encontrar en las góndolas de cualquier retail.
A medida que se hace más fácil acceder a ideas e información sobre la construcción de computadoras personalizadas a través de grupos, foros o Reddit de Facebook, más personas se lanzan a esta aventura. Y la impresión 3D juega un rol fundamental en esta tarea.
¿No lo tienes? Lo imprimes
La impresión 3D permite no solo personalizar la barra de luces o el color de la caja, también posibilita crear distintas piezas del interior.
“Si se necesita un adaptador para montar su nueva SSD pero no tiene uno, simplemente puede imprimir uno en su casa. También puede imprimir en 3D su personaje de juego favorito y posarlo de guardia dentro de su estuche sobre su preciosa tarjeta gráfica” comenta Benjamin Lzicar, del fabricante de memorias Crucial.
Hacer estos pequeños toques personalizados a la PC no es complicado y no requiere una gran impresora 3D.
De hecho, muchas personas recurren a sitios que alquilan impresoras, por lo que incluso es posible obtenerla sin tener que comprar una unidad costosa.
¿Vale la pena?
Cuando las impresoras 3D para consumidores ingresaron al mercado por primera vez, costaban varios miles de dólares, mientras que las impresoras 3D industriales utilizadas en la fabricación costarían hasta un millón de dólares cada una.
Hoy en día, una buena impresora 3D para el consumidor cuesta alrededor de USD 400 (poco menos de 300 mil pesos chilenos) o incluso menos, gracias a los avances en la tecnología que han reducido los costos y la complejidad.
“Si se combinan estos dos factores con la cada vez mayor escena tecnológica de DIY (hazlo tu mismo), seguiremos viendo cómo cada vez más personas utilizan el amplio mundo de la impresión en 3D” añade el ejecutivo de Crucial.
En vías de masificarse
A medida que continúe la adopción generalizada de la impresión 3D y avance la tecnología, los precios seguirán bajando. En este momento, todavía hay algunas limitaciones financieras y prácticas para la impresión 3D. Como el costo de la impresora, el tamaño y el tiempo. Sin embargo, se están realizando mejoras continuamente y las oportunidades de impresión 3D son más accesibles que nunca.
“Si bien muchas industrias, como la industria aeroespacial y automotriz, ya se benefician de la impresión en 3D, comenzaremos a ver el beneficio para el consumidor a medida que disminuyen los costos, y quizás algún día encuentre una impresora en el garage de todos” finaliza Lzicar.