Rodrigo Díaz se hizo conocido en Rojo (TVN) hace ya 18 años. Época en que aprovechó muy bien su fama y réditos para crear su propia academia de baile.
Ahora, en plena pandemia y plan Paso a Paso, sigue con su escuela y posee una productora de eventos deportivos y familiares. Dada la contingencia, sus clases presenciales mutaron a virtuales. En su página web ofrece zumba, danza y la última moda: lecciones de K-pop.
«A raíz de la pandemia me reinventé con una plataforma virtual por Zoom de baile urbano. Es una sociedad con nueve academias de Latinoamérica, más de 200 clases mensuales, profesores de toda Sudamérica, Estados Unidos, Europa», cuenta Rodrigo Díaz a Esfuerzo Pyme y Publimetro.
Y ahí no termina la reinvención del bailarín: «También tengo una plataforma con clases de baile para niños de 3 a 10 años y una fitness, donde estoy con varios colegas que hacen lo mismo que yo, pero de diferentes países. Lo más nuevo es mi plataforma de K-pop, que es una franquicia que compré con toda la cultura k-pop que además de clases de baile, hay de maquillaje, cocina, etc», agrega el conocido rostro de televisión, quien también es ingeniero comercial.
Rodrigo Díaz explica que su talento para el baile y los conocimientos de su carrera le permitieron emprender a los 23 años con su escuela y robustecer cada vez más su negocio. «Siempre con los pies en la tierra, lo que es uno de los secretos del éxito», destaca.
¿Cómo ha sido la experiencia de hacer clases virtuales?
Nos ha ido muy bien. Hay mucha gente interesada. Uno siempre tiene que estar olfateando cuáles son las tendencias, lo que está pasando afuera, para saber lo que viene. Hay que ser visionario. Saber innovar, atreverse. Estar atento a cubrir una necesidad que no se esté cubriendo en el mercado.
Rodrigo Díaz el emprendedor
¿Cuáles fueron tus primeros pasos como emprendedor?
Mi lado del emprendimiento viene de la mano con lo que estudié. Lo que me hizo emprender fue tratar de aprovechar la oportunidad que se me estaba dando con «Rojo». En ese tiempo (cuando empezó el programa), estaba en cuarto año de ingeniería comercial. Entonces, ya tenía experiencia armando empresas. La carrera me dio las herramientas para formar mi academia. Además, desde los primeros eventos empecé a ahorrar para comprar los espejos, arrendar, dar el mes de garantía y todo lo necesario para establecerme.
¿Tenías fama y el capital, fue tan fácil como alguien pensaría?
El tema de la difusión fue fácil, porque estaba en «Rojo». Pero emprender mi propio negocio significó un montón de cambios en mi vida diaria, de responsabilidad. Estaba recién famoso. Lleno de trabajo y ofrecimientos: fiestas, eventos, y uno debe tener a alguien que lo pueda aconsejar o encarrilar bien, para no cometer errores, porque yo tenía 23 años.
¿Qué fue lo que más te costó al emprender?
Me costó mucho combinar mi vida profesional y la de televisión, pero siempre supe que el negocio era una cosa y la fama otra.
¿Alguien te ayudó?
Siempre se acercaba mucha gente queriéndome manejar y ver mis negocios, pero nunca quise. Siempre fue mi mamá quien me veía la parte de las finanzas. Gracias a Dios tuve buen olfato y siempre hice las cosas por sí solo. Nunca busqué socios, confié en mis capacidades y en mi mamá.