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Christian Bale sobre su rol al volante en “Contra lo imposible”: “Sospecho que la perfección es totalmente inalcanzable”

Matt Damon y Christian Bale se unieron para protagonizar «Contra lo imposible». La cinta, basada en la extraordinaria historia real del visionario diseñador de autos estadounidense Carroll Shelby (Damon) y el audaz piloto británico Ken Miles (Bale), trata sobre su lucha contra la interferencia corporativa, las leyes de la física y sus propios demonios personales.

Todo esto para construir un auto de carrera revolucionario para Ford Motor Company y enfrentarse a los autos de carrera dominantes de Enzo Ferrari en las 24 Horas de Le Mans en Francia en 1966.

En conversación con Publimetro, Christian Bale entregó las claves de esta película que ya está disponible en todos los cines del país.

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Ken Miles es un personaje fascinante. ¿Qué sabías de él al momento de aceptar hacer CONTRA LO IMPOSIBLE?

-Yo no sabía nada de él. Creo que, en ese sentido, es muy factible que me encuentre en la misma situación que la mayoría de la gente. Es en gran medida un héroe no reconocido de los deportes de motor.

¿Estás orgulloso de ser parte de su historia?

-Sí, pero también creo que este era un hombre que no lo estaba haciendo por la fama. Me parece que esa es la razón por la cual fue tan admirado por sus colegas —que sólo lo hizo por esa pureza. Ya había sido designado al Salón de la Fama [del automovilismo], y creo que lo hubiera hecho muy feliz ser un hombre que la gente del mundo del automovilismo supiera quién es. De tal forma, sospecho que sintió que fue reconocido. En mi mente, nunca lo hubiera percibido como alguien que hubiera anhelado algo más.

 A raíz de la investigación que realizaste para la película, ¿adquiriste un respeto nuevo por los límites y peligros a los que estos pilotos se sometieron en la década de los 60?

-Por supuesto. Estos tipos estaban sentados en bombas. Las puertas de estos automóviles estaban llenas de gasolina, literalmente. Ese era un peligro apremiante y mayúsculo. Y en aquel entonces no había paramédicos certificados.

Hubo muchas historias, horrendas, de gente que se murió a la orilla de la pista en incidentes que en la actualidad serían resueltos en veinte segundos. La seguridad simplemente no existía. En aquella época también había esta actitud de, ‘si te preocupa la seguridad, entonces no deberías ser piloto’. (…) La diferencia en aquella época era no saber si se iban a poder parar a la casi incomprensible velocidad de 370 kilómetros por hora. Si te pones a pensar en ello, es alucinante”.

A lo largo de la realización de la película, ¿pudiste comenzar a entender la psicología de estos tipos?

-Bueno, lo que tienes que hacer al momento de interpretar a un personaje así, es pensar en el tipo de persona que elegiría hacer eso. Qué clase de persona piensa, ‘Sí, quiero estar en ese coche, haciendo eso’. No es complicado entender a alguien que lo haga cuando están solteros y jóvenes. Pero cuando alguien es un hombre de familia, cuando son padres y maridos [como lo fue Ken], pero lo siguen haciendo, eso es algo que tienes que intentar descifrar. Ese es un tipo distinto de individuo, alguien que busca algo que va más allá del egoísmo y la imprudencia. De qué están en búsqueda, ¿sabes?”.

Esa relación entre Miles y Shelby, esa confianza perfecta, es la piedra angular de la película. ¿Cómo construyeron tú y Matt esa confianza en pantalla?

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-Sabes, llevo haciendo esto alrededor de 30 años, y todavía sigo sin entenderlo. ¡De verdad! No sé cómo se hace exactamente. En ocasiones funciona, otras no. ¿Por qué funciona unas veces y otras no? No te podría dar una respuesta. A veces pasa, a veces no. Y siento que, en esta ocasión, funcionó.

Matt es un gran actor. Y también tiene un gran entendimiento de las cámaras, los lentes. Su manera de abordarme es totalmente distinta. Quizás y sea un enfoque más integral e inteligente. Creo que en un momento dado será un gran director. El método que implementamos para actuar es también muy similar a las diferencias que hay entre nuestros personajes. Shelby es un piloto extraordinario, pero es más estratégico y tiene una visión más amplia de las cosas, mientras que Miles sólo hace lo que le corresponde y con frecuencia está quemando puentes y siendo implacable, porque esa es la única manera que sabe cómo hacerlo. Esta cosa de la actuación es lo único que sé hacer, aunque muchos contenderían ese punto, mientras que Matt tiene múltiples talentos.

Muchos de los pilotos con los que entrenaste para esta película, así como el coordinador de acrobacias, Robert Nagle, dicen que eres el mejor actor que jamás hayan visto detrás del volante. Que eres un piloto natural. ¿Sientes como si tenías que demostrarle algo a estos hombres en la pista?

-No, ¡porque sabía que de haberme sentido así, entonces hubiera terminado en un abrir y cerrar de ojos en las pacas de heno y estrellando estos coches! De hecho, cada día en el set, me susurraba, ‘No tienes nada que demostrarles. No intentes seguirles el paso. Jamás lo hagas. Nunca sucederá. Estás aquí para pretender saber lo que estás haciendo…Y, sólo para ser claros, ¡en realidad no sabes lo que estás haciendo!’. Me divertí mucho, ¿pero alguna vez llegué a pensar que era algo más que un total principiante? No. Estos tipos están siendo muy generosos con sus comentarios con respecto a todo eso. No obstante, fue muy divertido.

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¿Cómo se sintió pasar a formar parte del club de los 180º?

-Totalmente estimulante. Euforia. Por un segundo. Porque, cuando hice eso, alcancé los 290 kph, pero comencé a corregir de más, ¡y después de eso di un giro de 360º en el sentido de las manecillas del reloj! Pasé a formar parte del club de los 290 kph y después del de los 360º en una sucesión rápida. Se sentía como si estuviera en una película de Busby Berkeley, haciendo una rutina sincronizada. Pero, a lo largo de todo el proceso, tenía una sonrisa constante en mi rostro. Es una mezcla extraña entre una descarga maravillosa de adrenalina y una relajación hipnótica, porque sólo estás pensando en lo que estás haciendo. Tu frecuencia cardiaca está activa, pero también estás relajado

¿Después de haber tenido un accidente en motocicleta en el pasado, fue difícil regresar a las pistas para esto?

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-No, se sintió como algo totalmente distinto, estar encerrado y amarrado, y todo lo que ello trae consigo. Y una de las grandes cosas que me enseñaron aquí fueron las donas y a derraparme. Así que te acostumbras a eso. Lo que me enseñaron en particular que me pareció crucial fue esto: ‘No mires hacia donde vas; ve hacia donde quieras ir’. Que, de hecho, es un gran consejo para la vida real. De inmediato, te pones a cuestionarlo un poco. ‘¿Qué? ¿No mirar hacia dónde vas? ¡Eso suena bastante peligroso!’. Pero cuando piensas hacia dónde quieres ir, tiene sentido. Así que, no, no sentí ese temor.

Mangold dice que vio muchas similitudes entre tú y Ken Miles, específicamente en que les encanta el trabajo, pero son “alérgicos” a todas las sandeces que hay alrededor de él… ¿Ves algo de ti en Miles?

 –[Estalla en carcajadas] Jim y yo ya habíamos trabajado juntos antes, y ya tenemos más de diez años de conocernos…Mira, ni siquiera intentaría compararme con personajes que interpreto o que piensen de esa manera, pero, sí, eso salió a colación de manera muy rápida. Jim me dijo, ‘Ya te diste cuenta que eres , ¿correcto?”.

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Como parte de tu investigación, te fuiste a comer con Peter, el hijo de Ken Miles. ¿Qué fue lo que más aprendiste de él?

-Nunca sabes qué podrías aprender. Sólo dejas que la conversación fluya, y, en ocasiones, puede tomar la dirección menos pensada y de ello sacas algo provechoso. Tenía ciertas preguntas, como, ‘¿Le gustaba cantar? ¿Manejaba rápido por las calles o sólo en la pista? ¿Tenía a un escritor favorito? ¿Bailaba? ¿Qué tanto bebía?’. Cosas elementales.

Es tan sólo tener el tiempo para pasarla junto a la gente que conoció a los personajes. Después, recordaban momentos e historias que podrían parecer incidentales o insignificantes para ellos, pero que, de hecho, eran muy útiles. Había cosas que estaba anotando y Peter me decía, ‘¿En serio? ¿Eso te parece interesante?’. Y yo le contestaba, ‘Eso es fundamental’. Así que fueron de enorme ayuda. Pero, de igual manera [cuando estás interpretando a un personaje de la vida real], quieres ganarte la confianza de aquellos que lo conocieron y eso significa que seas muy minucioso. Estás intentando contar la historia de alguien, pero en un periodo breve. Me parece honorable juntarte con la gente cuando sea posible y también me interesa escuchar qué preguntas les podrían surgir a ellos.

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En ciertas formas, esta película es acerca de la misión por alcanzar la perfección. ¿Alguna vez la has conseguido?

-Ni siquiera he estado cerca. Pero no estoy seguro que conseguir la perfección sea en realidad el objetivo, aunque así se pudiese sentir. Creo que es más divertido si intentas conseguirlo, ¿no crees? He ahí el reto. Necesitas un desafío en la vida que parezca insuperable, para mantenerte emocionado. Y después, desde luego, está la pregunta de ‘¿Qué es la perfección?’. No es que lo que yo hago sea como una carrera de autos, como cuando ya conoces una curva y no podrías tomarla de mejor manera; es más abstracto que eso. Sospecho que la perfección es totalmente inalcanzable, pero que el estar intentándolo es lo que le aporta calidad a nuestras vidas.

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