Por Marcial Del Rio. ARQUITECTO.
La Felicidad Espacial es clave para lograr transformar los espacios y, con ello, nuestras sensaciones, ¿una prueba?
No hablo al uso del aire acondicionado, no necesariamente. En el afán de tener espacios más felices y, por consiguiente, gratos, debemos aprender a usar el color, sin temor. A través del buen uso del espacio, usando el diseño y la ambientación como nuestra principal herramienta, podemos trabajar nuestra felicidad e ir mejorando nuestro bienestar de una manera cierta.
Aquí hay que poner énfasis en una información que es probable que manejen: El uso del color nos ayuda a mejorar nuestros estados de ánimo y, no sólo eso, según lo que tengamos propuesto para nuestras vidas, puede asegurar un excelente resultado, o por lo menos uno muy bueno.
Hoy, cuando uno de los temas que más nos afecta es el calor, el crear ambientes frescos depende mucho de los colores que usemos. Desde la perspectiva sensorial, refrescar tiene que ver con usar la gama de colores los colores fríos.
Entonces, piensa por un momento en los azules, los verdes y los violetas, ¿qué sensación te da? Son colores relajantes y que nos entregan la sensación de tranquilidad y frescor.
En estos tiempos de calor y mucho sol, es muy recomendable aplicar este criterio cromático para regular las sensaciones de temperatura que nos entregan nuestros espacios. Claramente no bajará el termómetro, pero lo que sí puedo asegurar es que la sensación será mucho más placentera, amistosa y fresca.
En verano hacemos todo lo posible por estar más relajados y si nuestros espacios pueden ayudar, es un paso inmenso para empezarlos a vivir y no evitarlos cuando hace mucho calor. Colores fríos en los muros y un mobiliario liviano, sumado tal vez a un revestimiento de piso que potencie y nos permita disfrutar nuestro hogar con una sensación mediterránea y fresca.
Todo esto tiene un mismo fin: mientras más nos preocupemos de nuestro hábitat, viviremos mejor y seremos más felices.