“Cuando me echaron del 13 yo llegué a mi casa y me di cuenta de que no conocía a mi familia”, fue parte de lo que dijo Álvaro Ballero en una íntima y sincera conversación con el influencer Nico Orellana en su podcast, en el que reveló lo difícil que fue asumir su despido del canal donde trabajó por 10 años y donde su vida dio un vuelco al participar en el recordado reality show “Protagonistas de la Fama”.
Sin embargo, después de varios años de tener un alto cargo ejecutivo en TreceLab, un área de desarrollo y de proyectos innovadores, Álvaro Ballero fue despedido, lo que le generó una serie de inseguridades y lo enfrentó a su familia de la noche a la mañana.
En ese sentido, indicó que tras su despido se dio cuenta “que había estado ausente todo ese tiempo y que para mí fue mucho más fácil ser un alto ejecutivo que ser papá”, señaló.
“Estaba obsesionado con sacarle a la gente que yo ya no era un chico reality”
Así, continuó relatando que “sí, los veía en las mañanas porque los llevaba al colegio y después siempre volvía después de las 10 de la noche, y el fin de semana como yo trbajaba haciendo proyectos y yo era productor ejecutivo, creativo, director de contenido, entonces era tanta la pega que yo estaba en otra, estaba obsesionado con sacarle a la gente de su puta cabeza que yo ya no era un chico reality, y cuando me echaron, se me fue todo a la mierda”.
Álvaro Ballero está casado con Ludmila Ksenofontova, una expatinadora rusa a la que conoció justamente patinando en un programa de TVN, y con quien tiene cuatro hijos, a quienes comenzó a conocer más en profundidad cuando quedó cesante.
“Por eso te digo que es difícil, porque estoy pasando por una etapa de mi hija que tiene 14 años, que ya dijo, uno de sus temas es que sentía una desconexión conmigo”, indicó sobre ese tema.
A lo anterior, Ballero agregó que “tuve que volver a trabajar, a volver a ser un papá, en un momento en que me llené de inseguridades, donde sentí que se me acababa todo. Y me acuerdo que sale la noticia y yo leo un comentario que decía “Ballero lo pierde todo”. Mi mujer me decía, ‘qué te importa, estamos juntos, tus hijos tienen salud. Y Ludmilla, otra mujer me hubiese dejado al minuto cero”.
Finalmente, Nico Orellana le señaló que “no podí ser tan malo, es imposible. Algo tení que tener, algo tení muy bueno yo creo”.
Sin embargo y entre risas, Ballero bromeó que su señora no lo ha dejado porque “yo creo que no tiene la plata pa pagarse los pasajes de vuelta a Rusia”.