Hombre que estuvo muerto por varios minutos reveló cómo es el “más allá”: “Me separé de mi cuerpo”

Kevin Hill perdió alrededor de dos litros y medio y su corazón se detuvo. "Me separé de mi cuerpo", afirmó el hombre

Kevin Hill, escritor de 55 años de edad, tiene la respuesta a una de las preguntas más importantes del mundo. ¿Qué hay después de la muerte?

Kevil Hill padece de calcifilaxis, una de las enfermedades más raras del mundo médico. Según el sitio web Mayoclinic.org, “La calcifilaxis es una enfermedad grave y poco frecuente en la que se acumula calcio en los pequeños vasos sanguíneos de la grasa y de la piel. La calcifilaxis provoca coágulos de sangre, úlceras dolorosas en la piel y puede causar infecciones graves que pueden llevar a la muerte”.

Kevin: “No estaba mirando mi cuerpo, pero estaba separado de mi cuerpo”

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El escritor se ganó el apodo de “hombre milagroso”, tras vivir una situación en la que estuvo “muerto”, Hill compartió su experiencia de “morir” y regresar a la vida de nuevo, afirmando que fue un momento pacífico, y que sabía que se había ido. “No hay luz al final del túnel”.

Kevin reveló lo que su enfermedad ha sido para él. La agonía de la piel muerta causada por las ampollas, comenzó a desgarrar su piel viva, lo que se traducía en un dolor insoportable, según recopila The Mirror.

Su caso empeoró al punto de desangrarse, perdió casi 2 litros y medio de su sangre, deteniéndose su corazón antes que los médicos lo resucitaran, contra un mal pronóstico.

“No estaba mirando mi cuerpo, pero estaba separado de mi cuerpo. Era como si estuviera en el reino de los espíritus: estaba consciente de lo que estaba pasando, pero tenía mucha paz”, recordó Kevin.

“Sabía que estaba sangrando. Sabía que era grave. El personal entraba y salía para detener el sangrado”.

Kevin: “Era como si estuviera en el reino de los espíritus: estaba consciente de lo que estaba pasando”

“Observaba al personal del NHS desde un costado tratando de salvarme, pero yo sabía que había muerto. Estaba separado de mi cuerpo”, afirmó.

“Es como que fui a dormir y me desperté vivo, y el sangrado se había detenido. Sabía que no era mi hora de morir. Esta situación me ha hecho reenfocar mis prioridades”, rememora aquel momento único.

“Tuve la enfermedad durante meses. Mi piel me estaba carcomiendo. Tuve tres días en los que mis piernas estaban sangrando, simplemente no se detenía”.

Kevin perdió tanta sangre que estuvo muerto durante minutos hasta que los médicos lo revivieron.

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“Estoy en las etapas finales de recuperación. En mi pierna derecha todavía tengo algo de dolor, pero no está cerca del nivel que solía ser, cuando lloraba durante horas”, afirma un casi recuperado Kevin, quien volvió a su casa con su esposa.

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