Imagínese que a usted lo contratan para realizar un trabajo por cierta cantidad de dinero, pero en la boleta figura un monto muy superior a lo que realmente recibió. ¿Cuál es el objetivo? Hacer creer que la empresa gastó esa cantidad de plata en sueldos, pero en realidad el saldo fue usado para financiar campañas políticas. Justamente eso es lo que están investigando a la fundación Procultura y donde Irina Karamanos figura con depósitos bancarios “sospechosos”.
Fue a través de un reportaje del medio El Mostrador donde se dio a conocer la investigación que llevaba a cabo la PDI, pero que fue detenida de manera abrupta cuando entregaron los resultados al Fiscal Nacional Ángel Valencia, quien decidió remover al fiscal que llevaba la investigación Carlos Palma.
En las indagatorias se descubrió un posible modus operandis de Procultura que tendría relación con pagos abultados de sueldos, pero que en la práctica eran de casi un 30 por ciento menos. ¿Qué pasaba con el dinero restante? debía ser devuelto por el trabajador que prestaba el servicio y, supuestamente, se usaba para pagar campañas políticas con presupuestos que venían del Estado.
¿De qué culpan a Irina Karamanos?
Es ahí donde la expareja del Presidente Gabriel Boric figura con cinco depósitos bancarios realizados a Procultura, entre el 2 de agosto del 2021 y el 3 de enero del 2022, periodos de plena campaña presidencial y donde ella prestó servicios en el proyecto “Recreo ¡Nos gusta el arte!”. Por lo tanto, “podrían constituir devoluciones de dineros de proyectos adjudicados”, indicó el citado medio.
Tras la denuncia Irina Karamanos respondió en sus redes sociales, asegurando absoluta inocencia y total disposición para colaborar con la justicia.
“Niego categóricamente haber abonado monto alguno a la Fundación Procultura, entidad a la que presté servicios desde mayo de 2021 a febrero de 2022 por un monto de $973.500 mensuales”, publicó.