Tras la detención y formalización de tres involucrados (dos de ellos hermanos) en el homicidio de los tres carabineros en Cañete, se dieron a conocer detalles del macabro crimen el cual terminó con los cuerpos de los uniformados incendiados al interior de la patrulla policial donde se habían dirigido a constatar el arresto domiciliario de Carlos Antihuen Riquelme, el pasado 27 de abril.
De hecho, fueron sus sobrinos los responsables del macabro homicidio, crimen que fue planificado desde febrero según contó el tío quien figura como testigo clave y declaró que en el verano sus familiares le preguntaron cómo era la rutina de los policías que iban a verificar la medida cautelar, con el fin de robarles las armas.
En la audiencia de formalización se revelaron imágenes de las cámaras corporales de los carabineros que llegaron momento después al lugar del ataque y corroboraron que los cuerpos de sus compañeros se encontraban quemándose en al interior del vehículo. Incluso, dejan en evidencia el escaso apoyo policial, al solicitar mayor personal puesto que se encuentran “solos”.
“Están los tres muertos. Están los tres muertos atrás. Ahí están los tres muertos”, se escucha decir a uno de los uniformados que llegó hasta la ruta que une Tirúa con Cañete.
Escupo permitió identificar a uno de los detenidos
Dentro de las pistas biológicas que permitieron identificar a uno de los tres hermanos implicados (el tercero permanece prófugo) se trata de una muestra de sangre que quedó en un polerón, tras un asalto realizado en marzo del 2023.
Con eso, se determinó que correspondía a una persona de género masculino, pero no podían corroborar la identidad. Con esto, la policía realizó un seguimiento a Yefferson Antihuen Santi en Santiago y el 26 de junio, al verlo escupir al suelo, lograron sacar la muestra que compararon con los resultados de la sangre en el poleron.
“Existe coincidencia de perfil genético, correspondiendo a la misma persona”, determinó el resultado.