No es un misterio que el consumo de bebidas energéticas y bebidas isotónicas ha crecido mucho en el país. Y sabido también es que tomarlas en exceso puede causar daños a la salud.
Tanto se han popularizado las energéticas en Chile que el consumo aumentó nueve veces desde 2010 a 2020, pasando de 0,4 a 3,6 litros mensuales per cápita. Y en 2019, el consumo de las isotónicas fue de 41,9 millones de litros, es decir, 2,3 litros per cápita.
Por eso la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios, Conadecus, hizo un estudio sobre estos productos, trabajo financiado por el Sernac.
Efectuaron una encuesta a grupos focales de personas de 14 a 30 años de la Región Metropolitana, quienes dieron cuenta de su percepción y hábitos de consumo de estas bebidas.
Y también fueron evaluados el cumplimiento del etiquetado alimentario de acuerdo al Reglamento Sanitario de los Alimentos y las estrategias publicitarias de las marcas más mencionadas por los participantes en el trabajo: Red Bull, Monster, Score, Mr. Big (energéticas), Powerade y Gatorade (isotónicas).
“Llama la atención que el consumo empiece incluso antes de los 14 años, a pesar de que su uso no es recomendado antes de los 15″, dijo Nataly Gutiérrez, directora tanto de Conadecus como del Colegio de Nutricionistas Universitarios de Chile, Colnut.
“También nos sorprendió el hecho de que muchos de los entrevistados de menor edad dijeron que sus padres les permiten consumir estas bebidas, que además son muy accesibles para comprarlas, al punto de que hasta han puesto máquinas expendedoras en algunas estaciones del Metro”, agregó.
La especialista explicó que “se incumple con la Ley de Etiquetado al mostrar, en el caso de las energéticas, el sello “Alto en Azúcar” en la cara lateral, por lo que no es visible con rapidez. Además, son vendidas como suplementos alimentarios por su adición de vitaminas, pero ella es mínima”.
“Y las isotónicas venden la noción de que son saludables, pero tienen altos contenidos de azúcar y de sodio. Por ello no son recomendables para niños, quienes las beben pensando que los hidratan”.
Nataly Gutiérrez explicó que “estas dos clases de bebidas son igual de dañinas”.
“El exceso de consumo de energéticas puede causar daños a la salud, como arritmia cardiaca, taquicardia y sobreexigencia al organismo. No son recomendadas para hipertensos, diabéticos, embarazadas y niños. Y las isotónicas tienen mucho azúcar, por lo que generan impacto en el peso y en enfermedades crónicas no transmisibles”, concluyó.