A través de una carta, representantes de las comunidades del Archipiélago de Humboldt, en la Región de Coquimbo, manifestaron al Presidente Gabriel Boric su rechazo a la eventual instalación del megaproyecto minero-portuario Dominga en la zona, que sería votado la próxima semana en el Comité de Ministros.
Dominga es un proyecto basado en la economía extractivista que tendrá una vida útil de 25 años, pero que “terminaría para siempre con las actividades sustentables como son la pesca artesanal, el turismo que se ha desarrollado durante décadas y la cosecha de aceitunas y producción de aceite de oliva”, indican.
Según señalan en la misiva, de aprobarse la iniciativa de Andes Iron -sociedad controlada por la familia de Carlos Alberto Délano, condenado por delitos tributarios reiterados en 2018 y sentenciado a clases de ética- el lugar se convertiría en una nueva zona de sacrificio y varias localidades pequeñas se verían afectadas: “Hemos visto lo que ocurrió con el aumento de la población por causa de la minera Pelambres”.
“Como habitantes de la comuna de La Higuera, Freirina y sus localidades como Punta de Choros, Los Choros, Chungungo y Chañaral de Aceituno, cuesta ser escuchados”, añaden.
En la misma carta agregan que “somos bendecidos por vivir frente a una de las zonas costeras más ricas del país, de hecho, los pescadores artesanales han transformado a la comuna de La Higuera en el área productiva más importante del centro norte de Chile gracias al cultivo que hacemos de locos, lapas y machas, lo cual solo es posible por las características únicas del mar que está frente a nuestras costas”.
“Cuando no estamos pescando nos dedicamos al turismo de avistamiento junto a otros emprendedores locales, lo cual es uno de los grandes atractivos para visitantes nacionales e internacionales que se maravillan con los distintos tipos de ballenas, delfines y aves marinas”, dicen.
Finalmente, expresaron que “como es de público conocimiento, son muchos los proyectos que se han tratado de instalar en esta zona. Sin embargo, por más de una década hemos tenido que permanentemente desviar nuestros esfuerzos a la lucha en contra de termoeléctricas y megapuertos. El gobierno y nosotros mismos hemos invertido en desarrollar esta zona para un uso sustentable a través de los años y lamentamos que el Estado no nos dé certezas de si podremos seguir contando con nuestras fuentes de trabajo”.