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“No me pegué en la cabeza”: Jeannete Vega asegura que no había ninguna razón para no hablar con Llaitul

La exministra de Desarrollo Social reaparece y defiende sus intentos para contactar al líder de la CAM.

Jeannete Vega se convirtió en la primera baja del gabinete del presidente Gabriel Boric. Hecho que ocurrió luego de que se revelara tras conocerse un llamado telefónico instruido por ella entre una de sus asesoras y Héctor Llaitul, el líder de la CAM (Coordinadora Arauco Malleco). Este domingo la exministra reapareció en entrevista con La Tercera, donde aseguró: “No me pegué en la cabeza: no había ninguna razón -en ese momento- para no hablar con Llaitul

Al respecto, defendió los intentos de contacto con el líder de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), y afirma que nunca se le manifestó ninguna restricción para hacer su labor, que era buscar diálogos con todos los actores de La Araucanía.

”En todos los gobiernos desde la vuelta a la democracia ha habido esfuerzos por avanzar hacia la resolución de un problema que es de fondo: tenemos una diferencia entre el Estado de Chile y el pueblo mapuche, con respecto a las tierras que le pertenecen”, comenzó en entrevista con La Tercera.

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Sobre esto, agrega que “con el tiempo empieza a haber un movimiento fundamentalmente en los más jóvenes del pueblo mapuche, de reivindicación por la fuerza de muchas de esas tierras, a lo que se mezclan otros temas, como un porcentaje de personas que empiezan a hacer actividades francamente ilegales, como robo de madera y tráfico o microtráfico de droga”.

Asimismo, asegura que “el diagnóstico que teníamos era más bien histórico”, pero que “las generaciones nuevas que tienen una mirada más reivindicatoria y más radicalizada, reivindican la toma de las tierras que consideran que les pertenecen”.

También se refirió al estado de excepción, y dijo que “nos demoramos en convencernos de que era algo inevitable”.

”Y teniendo gente dentro del gobierno, muy experta en estos temas, que había estudiado esto, que conocía la gente por mucho tiempo, la mirada optimista era en base a que estaban las condiciones. Había condiciones de un gobierno de mayoría, progresista, que tenía la intención declarada de avanzar en este tema. Y había la mirada de un gobierno que tenía conocimiento profundo de cuáles son los factores de éxito o fracaso”, dijo.

Los plazos del Gobierno

Respecto a los plazos impuestos por el Gobierno este año, “alrededor de junio se define que los diálogos específicamente van a estar con un equipo especial que se armó para asegurar llegar a un parlamento, en un plazo de un par de años. Esa es la misión que se le encomendó al equipo que dirigía Víctor Ramos, que era un pequeño equipo que trabajaba en el Ministerio del Interior, que tenía como misión generar y empezar a explorar las condiciones para llegar a un proceso de parlamento”.

De esta manera, se refirió a su rol dentro de este histórico conflicto, comentando que “una cosa es el diálogo para llegar a un parlamento global y a una discusión de los bordes del conflicto, y otra cosa muy distinta es que para avanzar en lo de las tierras se tiene que dialogar con todos. Parte importante de la función que teníamos en el ministerio era dialogar con todos. Y cuando digo dialogar con todos, es desde los empresarios, las forestales en conjunto y por separado, la Cámara Chilena de la Construcción, las comunidades”.

Cuando se produjo la salida de Vega del ministerio, se atribuyó a una descoordinación sobre el tema, a lo que la exministra dijo que “hubo muchísimas conversaciones con muchísimas comunidades en el marco del tema de la negociación de tierras. Y voy a poner un ejemplo que es al revés: logramos llegar a delimitar la cantidad de predios que las empresas forestales estaban disponibles para vender, que era una cantidad importante de hectáreas”.

”Todo eso también son conversaciones que se generaron con actores que desde la crítica podrían preguntarse: ¿Por qué están conversando con las forestales? Pero, cuando uno está en problemas complejos, tiene la obligación de conversar con todos aquellos que estén dispuestos al diálogo. Eso es parte de la tarea. No puede autocensurarse”, profundizó.

Por último, dijo que en su renuncia “hubo una decisión que fue más bien política de mi parte. Estábamos a una semana del plebiscito en el cual habíamos luchado -incluyéndome- para cambiar la Constitución de Pinochet”.

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