La tarde de este martes, el Consejo del Banco Central informó los resultados de su Reunión de Política Monetaria de Marzo, acordando aumentar la tasa de interés en 150 puntos base.
De esta manera, la tasa de política monetaria alcanza el 7%, decisión que fue tomada de manera unánime por los consejeros del organismo.
Recordemos que el consejo había determinado el mismo incremento en su reunión de enero, cuando la tasa llegó a 5,5%. En esta ocasión, la reunión estuvo encabezada por primera vez por Rossana Costa, quien asumió la presidencia del Banco tras la salida de Mario Marcel al Ministerio de Hacienda.
Con el nuevo aumento, la TPM alcanzó sus niveles más altos de los últimos 13 años. Sin embargo, se mantuvo por debajo de las expectativas, ya que los expertos pronosticaban un alza de 1,75% e incluso de 2%.
En un comunicado, el Banco Central ique “la inflación mundial ha seguido subiendo, llevando a la Fed y otras autoridades a acelerar la normalización de los estímulos, a pesar de que las perspectivas de crecimiento mundial han disminuido. En este contexto, las tasas de interés de largo plazo han continuado aumentando a nivel global y las bolsas han tenido resultados mixtos”
En el caso de América Latina, la entidad aseveró que “los mercados bursátiles y monedas locales han mostrado cierta recuperación, explicada en parte por los mayores precios de las materias primas y la baja base de comparación”.
Respecto a la invasión de Rusia a Ucrania, el Banco explicó que “ha elevado la incertidumbre de forma significativa y ha intensificado el aumento de los precios de las materias primas, especialmente de energía, alimentos y algunos metales. Así, el precio del petróleo ha subido significativamente, alcanzando niveles en torno a US$110 el barril (+28% desde la última Reunión, para el promedio WTI-Brent), mientras que el precio del cobre se ubica en torno a US$4,6 la libra”.
“De todos modos, por ahora, las principales repercusiones económicas y financieras se han mantenido acotadas a los países directamente involucrados en el conflicto y sus vecinos”, remarcó.
En relación a la reunión de enero, el BC detalló que “el peso se apreció y el IPSA aumentó. Las tasas de interés de largo plazo, luego de una relativa estabilidad, comenzaron a aumentar a partir de fines de febrero, siguiendo el comportamiento de sus símiles externos”.
“De todos modos, se mantienen algo por debajo de los máximos alcanzados a mediados de octubre del año pasado. Los precios de los activos nacionales han reaccionado de manera acotada al desarrollo del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, aunque se han vuelto a encumbrar los indicadores locales de incertidumbre”, complementó.
Además, apuntó a que “el crédito local conserva un bajo dinamismo, con flujos de colocaciones que se han desacelerado en lo más reciente. De acuerdo con la Encuesta de Crédito Bancario del primer trimestre, esto ocurre en medio de condiciones de acceso al financiamiento bancario más estrictas en todas las carteras, en especial para empresas, y una menor demanda por financiamiento”.
Asimismo, señaló que “el saldo de las cuentas corrientes y vista de personas ha ido disminuyendo. Todo esto en un contexto en que las tasas de interés de mercado de corto plazo han seguido aumentando, coherente con la transmisión de una política monetaria más contractiva dado el escenario de mayor inflación y el aumento de las tasas benchmark de más largo plazo”.
“El cierre de las Cuentas Nacionales de 2021 —acorde con la nueva compilación de referencia 2018— arrojo un aumento de 11,7% en el PIB, dentro del rango proyectado en el IPoM de diciembre. El desempeño de la demanda interna en el cuarto trimestre, y los datos disponibles de comienzos de año, apuntan a que la economía ya estaría en una senda de reducción de los elevados niveles de gasto del año pasado”, complementó.
También destacó “el retroceso de los niveles de consumo privado —descontada la estacionalidad—, especialmente en el gasto en bienes durables. Los datos del Imacec de enero confirman esta tendencia, con un marcado descenso de los niveles de actividad del comercio. Los servicios, en cambio, han continuado consolidando su recuperación en línea con la mayor apertura de la economía”.
En tanto, “en el mercado laboral se vuelve a observar un aumento de la participación, con una demanda que ha tendido a estabilizarse. Todo esto sucede en un contexto en que las percepciones de los consumidores y los empresarios sobre la situación económica se han vuelto más pesimistas”.