Los últimos días, a través de redes sociales, se ha viralizado la cuenta de una clienta en un restaurante de Angelmó, donde manifestó su molestia por los precios de las preparaciones.
Incluso, producto del hecho, se han viralizado nuevas “funas” contra otros restaurantes de otras partes del país, como Pomaire, donde también acusa altos precios de los platos.
En conversación con Emol, el presidente de la Asociación Chilena de Gastronomía (Achiga), Máximo Picallo, abordó la situación, refiriéndose puntualmente al caso de Angelmó, donde la clienta denunció que el recinto “no tenía carta” y por ello, no podía ver los precios.
“Los negocios tienen la obligación de informar sus precios, no puede ser que tú llegues a un negocio y no haya disponible una carta, puede ser física, puede ser un QR, pero basta con una pizarra. O sea una cocinería de Angelmó bastaría con que tuviera una pizarra con sus precios, porque claramente ahí puede incluso haber una discriminación”, aseguró Picallo.
El presidente de la Achiga señaló que esta situación es muy mala “para nuestra industria, malo para el turismo, es una pésima práctica si se hace así. No estamos para nada de acuerdo con lo que pasa cuando alguien ni siquiera tiene disponibles los precios y esa información, además de que es parte de lo que significa los derechos que tiene el consumidor”.
Ahora bien, Picallo señaló que el sector gastronómico ha experimentado un alza de costos producto de la pandemia y a su vez por la inflación.
“Efectivamente, la pandemia ha significado un alza de costos en muchos sentidos. Lo primero es que, operar hoy día en un restaurante, en modo pandemia, tiene un alza de costos por todos los protocolos covid, o sea desde que hay que tener alcohol gel, hay que tener una serie de medidas sanitarias que no son baratas (…) todo eso encarece de forma significativa la operación”, aseguró.
Asimismo, Picallo explicó que “el hecho de que al tener menos aforo, esos costos los tienen que diluir entre menos comensales y, por lo tanto, la aplicación de un costo fijo de lo que significaría, por ejemplo, el cubierto cuando uno entra a un restaurante, sube por el lado de que, efectivamente, aumenta el costo, pero luego también porque yo lo tengo que prorratear entre menos comensales, y eso evidentemente que hace subir el precio”.
El líder del gremio gastronómico indicó que el IPC y la inflación también son un factor determinante en los precios, añadiendo que “el impacto de los costos ha sido brutal”.
“Los alimentos agrícolas han subido por la sequía, los alimentos importados han subido por el dólar y los fletes, todos lo que es materias primas, como por ejemplo, si uno está haciendo delivery, las cajas de cartón, no solo han subido de precios, sino que además en algunos casos no hay material disponible, entonces, como hay escasez, el proveedor que tiene eso tampoco hace descuento”, aseguró.
Además, “el aumento del costo de la mano de obra ha sido relevante, hay escasez de personas que quieran trabajar, y por lo tanto, eso ha presionado los sueldos y todo eso significa mayores costos que, finalmente, terminan bajando el margen al negocio. Pero llega un minuto en que no basta con bajar el margen, porque si empiezas a perder plata, estamos obligados a subir los precios”.