El riesgo mundial presentado por la variante ómicron del coronavirus es “muy alto”, de acuerdo con evidencia preliminar, y podría acarrear “consecuencias severas”, advirtió el lunes la OMS.
La evaluación de la agencia de salud de la ONU, contenida en un documento técnico emitido a los Estados miembros, representó la advertencia más fuerte y explícita de la OMS sobre la nueva versión que fue identificada por primera vez hace días por investigadores en Sudáfrica.
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Cada vez más países de diversas partes del mundo reportan casos de la variante y han cerrado de golpe sus puertas —un enfoque de actuar ahora, preguntar después— mientras los científicos se apresuran a descubrir qué tan peligrosa podría ser esta versión.
Japón e Israel anunciaron que suspenderían la entrada de todos los extranjeros. Marruecos prohibió todos los vuelos entrantes. Otros países, incluidos Estados Unidos y miembros de la Unión Europea, están prohibiendo el arribo de viajeros que lleguen del sur de África.
La OMS dijo que hay “incertidumbres considerables” sobre la ómicron, pero dijo que la evidencia preliminar plantea la posibilidad de que la variante pueda tener mutaciones que le ayuden a evadir la respuesta del sistema inmunológico y a aumentar su capacidad de propagarse de una persona a otra.
“Dependiendo de estas características, podría haber futuros repuntes de COVID-19, lo que podría tener graves consecuencias, dependiendo de una serie de factores, incluido el lugar donde pueden producirse dichos repuntes”, agregó la OMS. “El riesgo global general... se evalúa como muy alto”
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La OMS enfatizó que mientras los científicos buscan evidencia para comprender mejor esta variante, los países deberían acelerar las vacunaciones.
Si bien hasta el momento no se han reportado muertes relacionadas con ómicron, se sabe poco sobre la variante: si es más contagiosa, si causa un cuadro más grave o si es más capaz de soslayar la efectividad de las vacunas. La semana pasada, un panel asesor de la OMS dijo que podría ser más probable que la variante vuelva a infectar a personas que ya padecieron COVID-19.
España reportó el lunes su primer caso de ómicron, detectado en un viajero que regresó el domingo de Sudáfrica después de hacer escala en Ámsterdam.
Si bien la gran mayoría de las infecciones registradas en todo el mundo se han producido en viajeros que llegan del extranjero, los casos en Portugal y Escocia han generado temores de que la variante ya se esté propagando a nivel local.
“Muchos de nosotros podríamos pensar que hemos terminado con el COVID-19. Él no ha terminado con nosotros”, advirtió Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS.
El presidente estadounidense Joe Biden calificó la variante ómicron como motivo de preocupación, pero “no de pánico”. Dijo que no está considerando ningún confinamiento generalizado en Estados Unidos y, en cambio, instó a usar mascarillas y vacunas.
Las infecciones han subrayado la dificultad de mantener el virus bajo control en un mundo globalizado de viajes en avión y fronteras abiertas. Sin embargo, muchos países están tratando de hacer precisamente eso, pese a la insistencia de la OMS, la cual señaló que los cierres de fronteras a menudo tienen un efecto limitado y pueden causar estragos en vidas y medios de subsistencia.
Algunos han argumentado que tales restricciones pueden ganar un tiempo valioso para analizar la nueva variante.
Aunque la respuesta inicial global al COVID-19 fue criticada por ser lenta y caótica, la reacción a la nueva variante fue rápida.
“En esta ocasión, el mundo demostró su aprendizaje”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quien elogió específicamente al presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa.
“El trabajo analítico y la transparencia de Sudáfrica, y haber compartido sus resultados, fue indispensable para permitir una rápida respuesta global. Sin duda salvó muchas vidas”, agregó.
La semana pasada, Von der Leyen presionó exitosamente al bloque de 27 naciones para que impusiera prohibiciones inmediatas a vuelos de siete países del sur de África.
Se han reportado casos también en Canadá, Alemania, Gran Bretaña, Bélgica, Dinamarca y Holanda.
Además, la variante ha proporcionado una prueba más de lo que los expertos han estado diciendo durante mucho tiempo: que ningún continente estará a salvo hasta que todo el mundo esté lo suficientemente vacunado. Cuanto más se permite que el virus se propague, más oportunidades tiene de mutar.