“¿Cómo te fue en la escuela?” o “¿cómo estuvo tu día?”, pueden no ser las preguntas más recomendadas de los padres a sus hijos. Según psicólogos hay otras maneras de preguntar lo mismo y obtener una respuesta con más exactitud.
“¿Cómo estuvo su día?” podría significar 100 cosas
“‘¿Cómo estuvo su día?’ podría significar 100 cosas”, dijo la doctora Linda Papadopoulos, psicóloga, autora y locutora, a CNBC.
“Esas preguntas tan amplias a menudo van a ser respondidas con ‘sí, estuvo bien’”, dijo.
“La mayoría de los adultos quieren desconectar después del trabajo y dejar su día; los niños son iguales”, dijo la doctora Martha Deiros Collado, psicóloga infantil, a CNBC. “Su mente necesita un descanso y, a menudo, su principal atención se centra en la comida, la diversión, el juego y el descanso”, añadió.
Niños en la escuela y sus emociones
Sin embargo, es una pregunta muy común que los padres le hacen a sus hijos: “Los niños pasan más tiempo en la escuela que con sus padres durante la semana, por lo que hacer esta pregunta a menudo proviene de la curiosidad”, según Deiros Collado.
“Los padres a menudo olvidan que cuando les hacían la misma pregunta cuando eran niños, también gruñían ‘bien’ o ponía los ojos en blanco de aburrimiento”, agregó. También indica que realizar la misma pregunta todos los días puede convertirse en un “hábito de pereza” y “no traerá nueva información o conexión entre usted y su hijo”.
¿Qué hacer cuando los niños llegan de la escuela?
La conversación, según la experta, inicia cuando su hijo esté listo para hablar: “En este momento, concéntrate en cómo se siente volver a ver a tu hijo al final del día, por ejemplo, diciéndole: ‘Me alegro mucho de verte’. Observe si su hijo sale de la escuela cargado de emociones y retraído, o todo sonrisas y risitas”.
Conecta con sus emociones
Intente decirle una emoción que sienta cuando lo ve, por ejemplo, “¡te ves tan feliz! Algo divertido debe haber pasado hoy. Vea si esto ayuda a su hijo a abrirse... La evidencia neurocientífica muestra que nombrar una emoción puede ayudar a calmar el cuerpo. Solo cuando los niños están tranquilos y sus necesidades básicas están cubiertas pueden mantener una conversación significativa”, dijo Deiros Collado.