Procedente de Japón y practicado durante miles de años, el Reiki significa “energía de fuerza vital guiada espiritualmente”. Proviene de las palabras japonesas rei (“vida universal”) y ki (“energía”).
Su popularidad se generó fuertemente a principios de 1900 después de que Mikao Usui creara una técnica llamada Sistema Usui de Sanación Natural. La creencia fundamental del Reiki es que cada ser vivo tiene una energía de fuerza vital que puede ser guiada a través del cuerpo para promover la curación.
Su práctica depende de la utilización de movimientos de las manos para guiar la energía a través del cuerpo para mejorar la curación emocional, espiritual y física. La energía captada por el Reiki, promueve la curación física, espiritual y emocional.
Características del Reiki
Diversas son las investigaciones de gran alcance las que indican que el Reiki no cura por completo los problemas de salud, sin embargo, esta técnica se considera por muchos de sanación espiritual que gracias a su terapia de relajación es capaz de disminuir los niveles de ansiedad, estrés y hasta incluso los fuertes dolores corporales.
El Reiki puede activar el sistema nervioso parasimpático para disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial, fomentando la relajación. También puede ser un efecto placebo, lo que significa que el tratamiento no hace nada, pero la persona cree que funciona, lo que puede mejorar la salud emocional y, a veces, incluso física. Sin embargo, hay investigaciones que encontraron que el Reiki con frecuencia funciona mejor que los tratamientos con placebo.
Una sesión de Reiki suele durar entre 45 y 90 minutos, y debes beber agua antes y después de la sesión para mantener la hidratación. Por lo general, se usa una camilla de masaje, aunque las sesiones también se realizan sentados o de pie.