El éxito no obedece a un talento teórico: consiste más bien en una mezcla de diferentes actitudes y aptitudes. Robert J. Sternberg señala rasgos comunes en las personas que consiguen lo que quieren.
Están automotivadas
¿Deseas de verdad lo que te propones en la vida? ¿Desistes de tus empeños cuando empiezas las primeras trabas? ¿Te desalientas si los resultados de tus proyectos se dilatan?
Para tener éxito hace falta desearlo internamente. Las personas con inteligencia exitosa combinan la motivación interna y externa: encuentran el modo de obtener recompensas exteriores.
Controlan sus impulsos
Ante un problema ¿Te precipitas a resolverlo sin pararte a reflexionar? ¿La gente suele sorprenderse de tus reacciones imprevisibles? ¿Tu ánimo cambia tanto como tus intenciones?
Las personas triunfadoras actúan más por experiencia que por impulso; si no la tienen, se toman el tiempo necesario para reflexionar sobre la decisión más adecuada en función de cada situación.
Saben perseverar
¿Los fracasos te dejan totalmente desmotivado o frustrado? ¿La incomprensión de los demás o tu falta de apoyo te hacen renunciar a tus empeños con facilidad? Cuando te propones algo y encuentras una barrera infranqueable, ¿no sabes abandonar?
Quienes triunfan, perseveran; pero cuando resulta claro que no van a ningún sitio, también son capaces de ver que ha llegado el momento de desistir.
Sacan partido de sus habilidades
¿Analizas si estás dotado para la tarea, carrera o trabajo por el que has optado? ¿Tienes la sensación de haberte metido en situaciones que te vienen grandes? ¿Te sientes con frecuencia inseguro haciendo tu trabajo?
Los que logran lo que quieren, conocen sus virtudes y saben cómo potenciarlas. También son conscientes de sus límites, y eso les permite minimizar sus errores.
Traducen las ideas en acción
¿Resuelves mejor los problemas de los demás que los tuyos propios? ¿A menudo te has sentido como “encerrado en tus pensamientos” ¿En momentos de tensión te sientes como bloqueado para actuar?
La gente con inteligencia para el triunfo pone sus decisiones en acción, pero también sabe cuándo esperar.
