Conocedores del mundo fitness, expertos en nutrición, entrenadores, deportistas, todos tienen una opinión al respecto de este tema. Pero lo cierto es que muchos de ellos dicen ¡Sí! al hecho de ejercitarse en ayunas.
Dos principales beneficios de hacer ejercicio en ayunas:
El ejercicio en ayunas incrementa tu flexibilidad metabólica
Esto se refiere a la capacidad de efectivamente usar cualquier sustrato (carbohidratos o grasas) como fuente de energía y, por tanto, la capacidad de desempeñarse bien física y mentalmente sin comida.
Exponen en el citado Portal que “nuestro cuerpo es como un auto híbrido con la capacidad de operar efectivamente con diferentes combustibles: glucosa, ácidos grasos (grasa) y cetonas”.
Al ejercitarnos en ayunas hay un switch metabólico: el cuerpo cambia de usar glucosa hacia usar ácidos grasos y cetonas como su principal combustible. El problema es que, si nunca entrenamos en ayunas o si nunca ayunamos por más de 12 horas, nunca se da este switch.
Esto crea un problema: la maquinaria metabólica se “oxida” y pierde la capacidad de efectivamente procesar a los ácidos grasos y cetonas como combustible.
Entrenar en ayunas puede mejorar tu desempeño deportivo a largo plazo
En comparación con siempre entrenar en un estado alimentado, el ejercicio en ayunas ofrece mayores adaptaciones en dos áreas:
· Incrementa más el número de mitocondrias (los “pulmones” de las células), fenómeno conocido como biogénesis mitocondrial.
· Incrementa más la actividad de las enzimas involucradas en el metabolismo de los carbohidratos y/o grasas.
En otras palabras, tu maquinaria metabólica se hace más efectiva y eficiente en generar energía lo que a su vez puede llevar a mejoras en el desempeño deportivo.
