Este sábado 2 de abril entra en vigencia el nuevo horario de invierno, por lo que los relojes deberán ser atrasados en una hora.
Para muchas personas, esta variación del horario no solo produce un desajuste funcional, sino que también provoca que los ciclos de sueño se vuelvan irregulares, con el consiguiente riesgo de producir alteraciones como somnolencia diurna o hipersomnia.
“El nuevo horario de invierno puede traer efectos negativos, pero muy mínimos y pasajeros, entre 2 a 3 días, que consisten en tener sueño más temprano de lo habitual y un poco más de dificultad al despertarse en la mañana. Es muy importante intentar readecuar la rutina lo antes posible, evitar las siestas y la luz brillante en horas de la tarde”, aseguró Álvaro Vidal, neurólogo y miembro de la Unidad del Sueño de Clínica MEDS.
En relación a las eventuales contribuciones que podría generar en la calidad del sueño el poder dormir una hora más producto de este cambio, el especialista aseguró que “en la práctica, es un efecto transitorio que puede verse prolongado en edades extremas, principalmente en niños y adultos mayores. Sin embargo, en la mayor parte de los casos, no tiene un impacto en la calidad del sueño a largo plazo”
Respecto a los hábitos que se deben adoptar para este cambio de horario, el doctor Vidal aseguró que “la principal recomendación es cumplir con una rutina horaria de sueño que permita siempre dormirse a una hora y despertar a una hora de la forma más regular posible, manteniendo ese horario durante la semana y el fin de semana. Lo recomendable es tener 7 a 8 horas de sueño, y jamás menos de seis”.
Para lograr esta rutina, el especialista recomienda una desconexión de los artículos electrónicos como el celular, televisión o tablet, una o dos horas antes de la hora establecida para dormir, de manera que el proceso del sueño se dé de la manera más natural posible.
El neurólogo de Clínica MEDS también explicó que es relevante la búsqueda de relajación antes del sueño. “Para esto pueden existir múltiples métodos como los ruidos blancos, la audición de música que sea relajante, pero en ningún caso apoyarse, ver películas o videos. Y hay que evitar pensar en los problemas del día o planificar el día siguiente cuando ya están acostados en su cama con la intención de dormir”, indica.
El especialista indicó, además, que se deben evitar las siestas debido a que “atentan contra nuestro horario regular de sueño y por ende es importante evitarlas para poder mantener nuestra rutina de sueño lo más saludable posible”.
El doctor Vidal también sugiere que para ayudar al proceso de relajación, las personas antes de acostarse, se tomen un vaso de leche tibia o se den una ducha corta de agua tibia. “Lo que es relevante es evitar el consumo de bebidas energéticas o con altos índices de cafeína como té, café o bebidas colas antes dos horas antes de dormir, con el fin de evitar las ganas de orinar durante el sueño, como también evitar la hiperactivación antes de dormir”, explicó.