La última Encuesta Nacional de Salud (ENS) reveló que el 84% de las mujeres entre 15 a 45 años muestra deficiencia de vitamina D, la cual es severa en un 12,3% de los casos. Mientras, en adultos mayores de 65 años, la muestra arrojó que un 87% tiene déficit crítico.
Los estudios muestran que las personas con insuficiencia de esta hormona presentan mayor riesgo de tener síntomas depresivos y, a su vez, pacientes que tienen diagnosticada una depresión presentan con mayor frecuencia un déficit de vitamina D comparado con las personas no deprimidas.
La depresión se genera por una alteración en la transmisión de la serotonina a nivel cerebral y se define como un estado de ánimo bajo y permanente por más de dos meses de duración, asociado a la falta de placer en las pequeñas situaciones diarias que antes si lo provocaban, en los ciclos vitales como sueño, apetito y en la motivación.
Existen dos tipos de depresión, la unipolar donde los pacientes solo se deprimen y pueden presentar varios cuadros depresivos en la vida, y la bipolar en la cual la persona, además de pasar por cuadros depresivos, también tiene episodios maníacos o eufóricos, es decir una exaltación del ánimo.
La psiquiatra Dra. Daniela Gómez señala que “lo que se ha visto es que personas con déficit de vitamina D tienen síntomas muy similares a los observados en un cuadro depresivo, con síntomas que podrían confundir los diagnósticos. Asimismo, hay pacientes con tratamientos farmacológicos en los que no se ve mejoría y una de las causas podría ser un bajo nivel de esta hormona. Si los niveles de vitamina D siguen bajos, es evidente que no existirá una mejoría”.
Es por esto que suplementar con vitamina D en pacientes con insuficiencia y deficiencia es tremendamente útil en el tratamiento de un cuadro depresivo, “Si bien la falta de vitamina D no produce depresión, los síntomas son bastante similares. Es por esto que sabemos que la falta de esta hormona puede producir cuadros depresivos que son tratables y no necesariamente biológicos”, enfatiza la experta.
El tratamiento del déficit de vitamina D podría convertirse en una excelente medida de apoyo al tratamiento de estos cuadros depresivos, siendo la alternativa de suplementación en altas dosis una forma adecuada y simple, dado todo el tratamiento oral que ya recibe el paciente. .