Cada vez son más comunidades a lo largo del país que se organizan y a través de distintas estructuras legales fundan sus propios emprendimientos basados, principalmente, en su patrimonio inmaterial.
Llegar a ese punto no es fácil. Existen diferentes instituciones que prestan asesorías al respecto. Una de ellas es Fundación Rondó que tiene a su haber desde el 2012 más de 10 mil beneficiados, de ellos el 80 por ciento son mujeres y jóvenes.
“Ayudamos a las comunidades a salir adelante basados en sus propias características patrimoniales naturales y culturales”, explica Loreto Carrizo, directora ejecutiva y fundadora de la institución que puede ser catalogada como un motor en el inicio de emprendimientos de base patrimonial a lo largo del país.
- ¿Cuál es la característica de este tipo de emprendimientos?
- Las regiones del país tienen diversas condiciones geográficas y climáticas. El conocimiento y manejo de esas variables han generado ecosistemas y dinámicas de subsistencias que permitieron el desarrollo de la vida. Este ecosistema es lo que llamamos patrimonio natural y cultural. Expresiones patrimoniales tanto naturales como culturales.
- ¿Y cómo se lleva eso a un emprendimiento?
- Las dinámicas de subsistencia responden a prácticas económicas que antaño fueron de intercambio y que hoy se identifican como emprendimientos de carácter patrimonial que nos permiten obtener productos orgánicos, como el orégano de Socoroma; recorrer rutas de los tejidos, como en el caso de las tejedoras de Tarapacá y, dentro de varios más, probar y disfrutar del queso de cabra que se produce artesanalmente en el valle de Pupío en la región de Coquimbo.
- ¿Por qué mayoritariamente son mujeres las que participan en estas actividades?
- En todos los territorios quienes llevan el desarrollo, lideran los procesos, quienes se comprometen en sus comunidades son más mujeres que hombres. Las mujeres tienen una fuerza, una convicción y una fuerza de liderar que es bien interesante e importante en todo el país.
La máxima: escuchar y oír
La máxima que mueve a Rondó como impulsora de emprendimientos de patrimonio es una: transformar los territorios desde sus actores. “En nuestro hacer quizás lo más importante es la capacidad de escuchar y comprender las dinámicas, sueños, dolores y expectativas de los otros”, detalla la también gestora territorial de Rondó.
En estos 10 años impulsado los emprendimientos tienen una lista larga y diversa de beneficiados. Uno de ellos fue la comunidad de Caimanes al final del Valle del Pupío, en la región de Coquimbo. Ahí colaboraron en el fortalecimiento de las prácticas del campesinado.
- ¿De qué trató eso?
- Estuvimos a cargo de la administración y gestión de una sala de exhibición que contaba sobre las prácticas y tradiciones del campesinado. La gente que nos visitaba después quería conocer y comprar a los emprendimientos. Y así fue como articulamos una red de trabajo y colaboración, donde se ofrecía miel, tortillas de rescoldo, queso de cabra, tejidos, dulces artesanales y variados tipos de artesanías.
Más ejemplos
Actualmente Rondó participa en el diseño de rutas turísticas donde los protagonistas, guías y proveedores son los actores del territorio. “Son rutas gastronómicas o rutas de experiencias patrimoniales, donde el turismo permite vincular y acercar a distintos públicos a un grupo de proveedores”, comenta Carrizo Sánchez.
- ¿De qué tipo de rutas hablamos?
-Es el caso, por ejemplo, de la Mesa de Artesanía, de Tarapacá, con mujeres tejedoras y aymaras; el proyecto con las comunidades del Alto El Loa, con el programa de turismo sustentable; la colaboración que hicimos con el colectivo @delmontealacocina, para la residencia @diariosdeotoño, que permitió la experiencia de recolección de hongos en la Araucanía andina, la identificación de los patrimonios alimentarios, el desarrollo de ilustraciones y el fortalecimiento de los conocimientos patrimoniales y, finalmente, el fortalecimiento de la oferta turística rural de la Región Metropolitana.
- ¿Ruta turística rural de la Región Metropolitana?
-Son 18 comunas rurales, un perfecto anillo en la RM, que busca desarrollar en algunos casos y fortalecer en otros la oferta turística a partir de experiencias netamente rurales y con carácter patrimonial.
- ¿Cómo se analiza qué ofrecer con cada comunidad?
-Tiene que ver con que el patrimonio de las distintas regiones y comunidades, esto constituye una muy potente oferta de valor y una importantísima ventaja competitiva.
Visiones
- ¿Cómo ves hoy como emprendedores a las comunidades en las que participaron?
- Te comentaba en un comienzo de la experiencia en la comunidad de Caimanes y del Valle del Pupío. De eso ya pasaron nueve años. Lo que veo hoy por redes sociales es un grupo de personas organizadas que siguen trabajando de manera colectiva, con cariño y respeto de sus tradiciones y la preocupación de transmitir legado.
- ¿Cuáles son los cambios que notas en una comunidad o grupo tras iniciar un emprendimiento comunal?
- Vi a grupos de adultos mayores decidiendo emprender. He visto a jóvenes maravillados y maravilladas de las historias de sus abuelos, queriendo aprender y recuperar tradiciones. He visto dirigentes y dirigentes gestionar con mucho tesón para reaperturar escuelas unidocentes y permitir que los niños se eduquen en sus propias comunidades.
- ¿Qué sientes al ver estos resultados?
- Voy a hablar como Rondó. Hemos visto como equipo, porque somos un equipo, que los actores locales se han creído el cuento y hoy son agentes de transformación para mejorar la calidad de vida. Se produce una activación. Las comunidades despiertan y paulatinamente, son promotoras de soluciones y de un mejor diálogo tanto con las instituciones del estado como con las empresas privadas.