Una cruda escena protagonizó Manuel Guzmán en el capítulo de este miércoles de “Juego de Ilusiones”. El gendarme le confiesa a Irene que fue víctima de una violación.
La situación se originó luego de que el personaje de Loreto Valenzuela le exigiera al jefe de seguridad de la cárcel El Faro que diera a conocer los motivos de la estrecha complicidad con Alana en el centro de reclusión.
Entonces, Guzmán terminó contando que es porque tienen un hijo en común, quien nació de una relación no consensuada entre el gendarme y la reclusa. El rol de Dayana Amigo drogó al funcionario penitenciario para luego abusar sexualmente de él, según consigna Página 7.
Según la narración de Manuel en el próximo episodio, al cual el citado medio accedió a través de Mega Go, el ultraje sucedió cuando ingresó como jefe de seguridad en la cárcel y, en un momento en que visitaba a Alana en celda de aislamiento, esta lo golpeó y amarró, para luego violarlo.
El objetivo de este delito fue poder manipular al gendarme a su antojo al interior del centro de reclusión, pues lo amenaza que de no cumplir sus solicitudes, ella lo denunciaría por abuso a las autoridades.
La vuelta de tuerca de Irene tras confesión
Frente al hecho, Guzmán le explicó a Irene que optó por guardar silencio, pero la situación dio un vuelco cuando se enteraron de que Alana había quedado embarazada.
Entonces, ambos hicieron el pacto de que la presidiaria tendría al bebé y él se haría cargo, motivado el funcionario penitenciario en rescatar a su hijo de la perversa mujer.
Y llevaron a cabo el plan nueve meses después, cuando Guzmán ayudó a Alana a parir para a continuación entregar al recién nacido a su madre, quien hasta el día de hoy lo cria en el sur del país.
En todo caso, la confesión del gendarme fue empleada por Irene para proponer un nuevo pacto con el fin de librarse de la peligrosa presidiaria, claro que ahora le deberá lealtad a ella.