Uno de los objetivos de las películas en la actualidad es obtener buena crítica de la prensa especializada, números positivos en taquilla y repercusión en redes sociales. Sobre el último punto, ‘Tar’, obtiene, con creces, ese mérito.
La película dirigida por Todd Field y protagonizada por la ganadora del Oscar, Cate Blanchett, está en el tapete de la discusión por varios usuarios que cuestionan el desarrollo que se le da a una figura poderosa y reaccionaria.
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¿De qué trata Tar?
La película se concentra en Lydia Tár (Cate Blanchett), la primera mujer —ficticia— en conducir la Orquesta Filarmónica de Berlín, quien lleva una vida exitosa, pero aparentemente amenazada por los resentimientos que produce.
La vida de Tar toma un giro cuando surge la noticia de que una violinista, alumna suya, de 25 años, se suicida luego de, presuntamente, sufrir maltratos por parte de la reconocida directora.
¿Cuál es la polémica con la cinta?
Para algunos, su historia permite una exploración oportuna del conflicto intergeneracional relacionado con el valor del arte occidental y la ética artística. Otros lo ven como una crítica a la cultura de cancelación.
Para algunos usuarios, la cinta personifica la representación problemática de las mujeres y las personas LGBTQI + en una industria tradicionalmente dominada por los hombres.
“La película podría haber contado la historia de un monstruo masculino rapaz, pero optó por hacer de su protagonista una directora femenina (...) Tár es exigente e imperiosa, engañosa y vengativa, una abusadora sexual en serie que deja un rastro de víctimas a su paso. Pero esta cuestión de la simpatía, específicamente la simpatía femenina, es claramente controvertida”, señala una columna de The Guardian donde cuestionan la historia de Todd Field.
Muchos comentarios cuestionan el enfoque del director, donde muestra escenas para que la protagonista, quien es victima de la cultura de cancelación, se vea vulnerable y, por lo tanto, el usuario llegue a sentir empatía, a pesar del daño que causó.
“La película analiza cualquier estación social y forma de vida, además de la acolchada de dinero y lo prístinamente lujoso como crudo, sucio, patético”, indicó el crítico Richard Brody de The New Yorker.
