En las Clasificatorias sudamericanas, donde se juega en canchas hostiles, con climas y altitudes de todo tipo, hacerse fuerte en casa resulta fundamental para obtener un boleto mundialista. En esta tarea, la selección chilena está en deuda últimamente, ya que no gana un partido oficial como local hace casi exactamente dos años, desde el 14 de octubre del 2021.
En aquella ocasión, la “Roja” venció por 3-0 a Venezuela, victoria que sumada a dos triunfos sobre Paraguay, uno como anfitriona y otro como forastera, ilusionaron con la clasificación a Qatar 2022. Sin embargo, desde entonces empezó la debacle, cuyo punto de inicio fue una derrota en nuestro territorio ante Ecuador por 2-0.
A partir de esa caída, el combinado nacional no ha podido ganar más en el país por los puntos. Luego fue doblegado por Argentina (2-1) y Uruguay (2-0), en la misma ruta para el Mundial catarí, mientras que viene de empatar con Colombia (0-0) en la primera fecha doble hacia el torneo planetario a realizarse en Norteamérica.
El “Equipo de Todos” parece extrañar el Estadio Nacional, donde históricamente ha sabido hacerse respetar. Por diversos factores, ha debido cambiar de recintos, como San Carlos de Apoquindo, donde fueron los reveses frente a ecuatorianos y uruguayos; el Zorros del Desierto, donde fue el traspié contra los argentinos; y el Monumental, en la reciente igualdad con los colombianos.
Hoy, contra Perú, el conjunto criollo tiene la gran oportunidad de enmendar el rumbo ante su público. Junto a Bolivia, los “incaicos” son los únicos que nunca han podido imponerse por Eliminatorias en Chile, donde apenas han conseguido dos paridades, en 1977 y en el 2000, ambas por 1-1 y en Ñuñoa.
Los otros ocho partidos en tierras nacionales por procesos clasificatorios terminaron en celebraciones locales, incluidas tres goleadas, un 4-0 y dos 4-2. Las últimas dos fueron por 2-1 y 2-0, donde la figura criolla indiscutida en ambos encuentros fue uno que no estará esta noche en el pasto de Macul por lesión: Arturo Vidal.
El “King” se matriculó con sendos dobletes en los dos duelos, en el primero con un gol a los 85′, tras el cual se retiró fatigado del campo bajo la ovación de la gente, pues venía saliendo de un cuadro febril. En el segundo compromiso, con las tribunas vacías por el covid-19, abrió la cuenta con un misilazo al ángulo, en el mejor tanto de su carrera vestido de rojo, según sus propias palabras.
Sin el “Rey”, habrá que mantener el legado histórico de éxitos domésticos frente a los peruanos. Urge volver a festejar en el hogar.