Tras el histórico empate 1-1 entre Ñublense y el poderoso Flamengo, disputado durante la noche del miércoles en el Ester Roa Rebolledo de Concepción por la fecha 4 de la fase de grupos de la Copa Libertadores 2023, Jaime García, DT del conjunto chillanejo, manejó más de 500 kilómetros para llegar en horas de la madrugada del jueves a su natal Cartagena.
Y es que el “Búfalo” tenía un motivo muy especial para hacer ese largo trayecto de 552 kilómetros en camioneta: apoyar a su querido Cartagena Atlético, el club de barrio de toda su vida. Dicho elenco está íntimamente ligado a su propia historia familiar y desde hace un par de años atraviesa una difícil realidad.
García llegó a la comuna balneario de la Quinta Región para realizar una clínica con niños del sector y reencontrarse con viejos amigos, aquellos con los que ha compartido siempre en torno al Cartagena Atlético y con quienes hoy alza la voz para pedirle a las autoridades correspondientes que tomen cartas en el asunto.
“Desde el 2019 que no se juega un partido acá. El municipio nos prometió una cancha sintética, iluminación y cierre perimetral, pero todavía no pasa nada. Estamos esperando los recursos, pero quiero que se tome el proyecto con seriedad, como lo presentó, aquí mismo, el alcalde de Cartagena, Rodrigo García. En realidad, lo estamos invitando a que siga construyendo la cancha para que los niños y la gente del club puedan jugar”, declaró el DT de Ñublense en conversación con Las Últimas Noticias.
En la misma entrevista, el entrenador subcampeón del fútbol chileno en la temporada 2022 explicó que “el Cartagena lo fundó mi abuelo, Ismael García, el 18 de septiembre de 1914, junto con otras personas. Mi papá, Jaime García, cuidó la cancha como 50 años. Mi mamá, Eugenia Arévalo, de 87 años, fue su tesorera. Aquí me inicié a los cinco años y jugué hasta los 18. Luego me fui a San Antonio Unido, Arica, Santiago Morning, Melipilla y Lota. Jugaba de central”.
García también destacó que “aquí había una quebrada con zarzamora y teníamos que ir a buscar los balones abajo, pero no los encontrábamos. Soy hincha acérrimo del club. Mi padre fue su entrenador y yo también lo dirigí a los 21 años. Necesitamos la cancha, porque el club está quedando en el olvido y al borde de desaparecer”.
El Cartagena Atlético entregó su cancha en usufructo al municipio de la comuna, como condición para que se realizara la inversión que contempla la remodelación del recinto. Sin embargo los socios e hinchas del club no tienen mayores novedades al respecto y siguen esperando una respuesta.
